Agrobio, asociación que integra trasnacionales de la biotecnología, reconoció que desde hace al menos una década en México se consumen alimentos transgénicos.

En un comunicado, sostuvo que la incursión de México en la producción de cultivos biotecnológicos contribuirá a fomentar la soberanía alimentaria, disminuyendo la dependencia a las importaciones. Precisó que el país no es autosuficiente en la producción de maíz y debe importar, de países que cultivan transgénicos, más de una tercera parte de su consumo total.

La agrupación aseguró que los organismos genéticamente modificados (OGM) han traído importantes beneficios al medio ambiente, a la productividad y principalmente a la economía de los agricultores que los siembran, sin haber presentado en los 14 años de uso, ningún indicio de impacto negativo a la salud humana, animal o a la biodiversidad.

El gobierno federal, agregó, no sólo promoverá la conservación de los maíces criollos a través de la creación del banco nacional de germoplasma, sino que también promoverá su preservación y uso sustentable, mediante subsidios y otros apoyos.

Agregó que el país debe darse la oportunidad de evaluar esta tecnología, su adaptabilidad al campo y su impacto en la productividad y calidad de la cosecha. Oponerse sólo por motivos políticos a la investigación, es oponerse al conocimiento.

Destacó que el largo debate en México sobre la adopción de los cultivos transgénicos ha puesto por primera vez, como una prioridad de la agenda pública nacional, la conservación de nuestra diversidad genética en maíz.