Morelia, Mich., 30 de septiembre. La dirigente nacional del PRI, Beatriz Paredes, advirtió frente al presidente Felipe Calderón que nadie puede estar por encima de la ley, tenga el cargo que tenga, y recordó que José María Morelos y Pavón se sometió al Congreso.

Oradora única en el festejo por los 244 años del natalicio del héroe de la Independencia, la diputada priísta planteó también que la historia alecciona, por lo que no hay que despreciarla, ignorarla ni distorsionarla en función de intereses.

En su discurso, la tlaxcalteca abordó varios temas, aunque pocas veces estableció con claridad a sus destinatarios, salvo cuando señaló que era ocasión propicia para reiterar al titular de las instituciones nacionales la importancia de la educación cívica en el programa del sistema de enseñanza nacional.

Con el regreso del tricolor al poder en Morelia tras la derrota del PAN, la lideresa priísta fue invitada por el presidente municipal, Fausto Vallejo, como oradora en la ceremonia celebrada en la Plaza Morelos.

En dicha plaza –protegida por un fuerte dispositivo de seguridad, con militares, vallas y arcos detectores de metales–, Paredes aseguró al principio de su alocución que se reunían por encima de diferencias, partidismos y circunstancias.

En el podio estaban sentados los representantes de los tres órdenes de gobierno, que –como ella resaltó– son tres michoacanos: Calderón Hinojosa, el gobernador Leonel Godoy y el alcalde. El primero panista, el segundo perredista y el tercero, priísta.

Ante ellos y los titulares de las secretarías de Gobernación, Fernando Gómez Mont; de Defensa, Guillermo Galván, y de Marina, Mariano Francisco Saynez, citó algunos postulados de los Sentimientos de la Nación que fueron presentados por Morelos en 1813, para declararse convencida de la vigencia del Pacto Federal y de sus renovados bríos para enfrentar los problemas más severos que aquejan a México.

Aseguró que en México no puede haber ningún ser humano por encima de la ley, tenga el cargo público que tenga o pretenda tener el poder fáctico que sea. En México la ley es la suprema ley.

También honró la memoria de Morelos, ya que teniendo todo el poder del Ejecutivo en sus manos, parte del Legislativo y la admiración agradecida del Judicial, recién establecido en 1815 en Ario de Rosales, Michoacán, se sometió al Congreso con rendida convicción sin importarle que lo aprehendieran y lo llevaran a un cadalso humillante, que también lo engrandece.

Mientras se discute en el Congreso el presupuesto de 2010, expuso que las leyes deben ser instrumentos normativos de los pueblos para lograr una mejor calidad de vida, y deben encauzar la posibilidad de que las contradicciones se atemperen.

Refirió que el pensamiento de Morelos y de la generación de su época establecía valores reales, sin idealismos utópicos, entendía lo que era la opulencia y la indigencia en la vida concreta, razón por la cual planteaba la moderación de estos extremos.

Al hablar de la historia, señaló que no debe ser un fardo pesado que los pueblos carguen a sus espaldas de manera inútil, sino que nos enseña a no cometer los mismos yerros, a no vivir los mismos errores.

En su visita a esta entidad, donde hay fuerte flujo migratorio hacia Estados Unidos, también exigió pleno respeto a los derechos humanos de los compatriotas y consideró urgente negociar un acuerdo migratorio.

También expresó que no caben los regateos de ninguna de las fuerzas políticas en el imperativo de hacer que la política exterior prestigie a México en lo internacional y consolide su papel soberano.

Después de montar una guardia de honor en el monumento a Morelos, Paredes y Calderón observaron el desfile militar desde el mismo balcón del palacio de gobierno, aunque siempre se mantuvieron a distancia: entre ellos estaban Godoy o los titulares de Gobernación y de la Defensa.