Conakry, 29 de septiembre. Al menos 157 personas murieron y mil 253 resultaron heridas la noche del lunes en esta capital durante una violenta represión contra manifestantes de la oposición contra la junta militar que gobierna Guinea, lo que fue condenado por la Unión Africana, la Organización de Naciones Unidas (ONU) y la Unión Europea (UE).

Se calcula que unas 50 mil personas se manifestaron en la capital, Conakry, para expresar su rechazo ante la posibilidad de que el gobernante militar, Moussa Dadis Camara, se presente a las elecciones del año próximo. Las autoridades de esta nación africana habían prohibido la protestas.

Las fuerzas de seguridad dispararon contra la multitud y utilizaron toletes y gas lacrimógeno. Los miembros de una unidad de elite violaron a mujeres en plena calle, denunciaron testigos.

Thierno Naadjou Sow, presidente de la Organización de Defensa de los Derechos Humanos de Guinea, declaró que 157 personas fueron asesinadas y mil 250 resultaron heridas.

El número de víctimas fatales podría aumentar, según varias fuentes no indentificadas por Afp, que acusaron a los militares de retirar cadáveres para disimular el verdadero balance de muertos.

El Ministerio del Interior de Guinea señaló que el número total de fallecidos fue de 57 y negó acusaciones de violaciones sexuales.

Estos choques son los peores en el mayor exportador de bauxita del mundo desde que Camara llegó al poder tras un golpe de Estado en 2008.

Francia decidió suspender la cooperación militar con Guinea –su antigua colonia– y examina su ayuda bilateral, anunció el canciller francés Bernard Kouchner.

La comisión de la Unión Africana condenó con firmeza los disparos indiscriminados contra civiles desarmados y exigió la liberación incondicional e inmediata de todos los detenidos.

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, deploró el uso excesivo de la fuerza y llamó a las fuerzas de seguridad a mostrar contención.

El jefe de la diplomacia de la UE, el español Javier Solana, condenó el uso de la fuerza contra manifestantes pacíficos, mientras que en el mismo tenor se expresó el vocero del Departamento de Estado estadunidense, Ian Kelly, quien fustigó la utilización desvergonzada e inoportuna de la fuerza contra civiles.