Nueva York, 29 de septiembre. El secretario general de la Organización de Naciones Unidas (ONU), Ban Ki-moon, calificó este martes de intolerables e inaceptables las amenazas sufridas por la embajada brasileña en Tegucigalpa por parte del gobierno de facto de Roberto Micheletti, y pidió por la seguridad del presidente constitucional Manuel Zelaya.

Ban recordó que la ley internacional es clara, y que la inmunidad soberana no puede ser violada. En ese sentido, aplaudió la reciente declaración de condena hecha por el Consejo de Seguridad de la ONU contra tales actos de intimidación.

Urgió a todos los actores políticos a comprometerse de manera seria con el diálogo y los esfuerzos de mediación regional. Además, observó el hecho de que el Congreso de Honduras haya rechazado la suspensión de las libertades civiles decretada por el régimen de Micheletti.

El presidente de la Asamblea General de la ONU, Ali Treki, llamó de manera firme e inequívoca a los estados a que no reconozcan otro gobierno que el del presidente constitucional José Manuel Zelaya Rosales, y expresó su firme apoyo los esfuerzos regionales para resolver la crisis política en Honduras y por la restauración del orden constitucional.

Treki también pidió que el gobierno de facto respete la inviolabilidad de la embajada de Brasil en Tegucigalpa, donde se encuentra Zelaya, como lo reclamó la víspera el Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA).

Por su parte, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) condenó el estado de sitio decretado durante 45 días por el régimen de facto hondureño, por considerar que viola el derecho internacional.

La CIDH expresa su profunda preocupación por este decreto, cuyas disposiciones restringen fundamentales derechos humanos en forma arbitraria, contiene normas vagas que dan absoluta discrecionalidad a la autoridad, y en especial a las fuerzas del ejército y de la policía, añadió.

Mientras un grupo de congresistas brasileños se aprestaba a viajar este miércoles a Honduras para evaluar la situación en la legación de su país en Tegucigalpa, el canciller Celso Amorim defendió en el Senado como correcta la decisión de su país de acoger a Zelaya en su embajada.

Amorim destacó que está en juego el destino de la democracia y que Brasil no tiene que ser el principal negociador al considerar el papel de la ONU, la OEA o Óscar Arias. Agregó que Brasil negó un avión a Zelaya para regresar a su país tras el inicio de la crisis que siguió al golpe del 28 de junio.

El canciller dijo que Brasil continuará pidiendo a Zelaya que reduzca la cantidad de personas que permanecen en la embajada. La semana pasada había 300 simpatizantes del mandatario constitucional, pero afirmó que el lunes pasado ya había sólo unos 60 individuos, por lo que continuamos exhortando al gobernante para que reduzca aún más esa cantidad.

Estados Unidos manifestó su fuerte preocupación por el recorte de las libertades civiles en Honduras, por lo que llamó al régimen de facto a derogar de inmediato el decreto al respecto, dijo el Departamento de Estado.

En otro comunicado, la Casa Blanca señaló que es hora de que el régimen de Micheletti dialogue con el presidente Zelaya, y saludó los esfuerzos de la OEA, que enviará una misión de cancilleres la próxima semana.