La comisión de reforma para la refundación del Partido de la Revolución Democrática (PRD) advirtió que este agruoamiento está en riesgo de retroceder a una condición de marginalidad y exclusión si no se transforma. En un análisis planteó que el agotamiento de las reglas de convivencia interna y el enfrascarse en una espiral de conflictos desgastantes, lo distanciaron de la sociedad y le impiden presentarse como alternativa confiable y capaz de impulsar los cambios que el país necesita.

A consecuencia de lo anterior –afirmó la instancia partidista–, el PRD sufrió la caída electoral más pronunciada de su historia, pues dejó de gobernar, de julio de 2008 a julio de 2009, a más de 7 millones y medio de mexicanos en el ámbito municipal, y tuvo un descenso de 17 puntos el pasado 5 de julio, durante la votación para diputados federales.

El órgano perredista, encabezado por el senador Alfonso Sánchez Anaya, resaltó que mientras la derecha partidista ha mostrado su incapacidad para gobernar, la izquierda no ha planteado respuestas convincentes y puntuales a problemas complejos como desigualdad, injusticia, inseguridad e ingobernabilidad.

Sostuvo que los grandes problemas nacionales no han sido enfrentados por el partido con la atención que requieren, porque en vez de tener la mira puesta en alto, concentramos gran parte de nuestra energía en el divisionismo y los conflictos internos.