Jalapa, Ver., 16 de septiembre. Como lo percibió el poeta griego Páladas hace casi dos milenios, el escritor José Emilio Pacheco (JEP) aseguró que se está terminando un mundo y la duda es qué hacer para evitar que lo que viene no sea peor que lo que se deja atrás.

Expresó que en México se vive todos los días esa descomposición que anticipa el final con el horrible problema del narcotráfico y la violencia que ha engendrado, y lo que no sé es qué lo va a sustituir. Ante esa incertidumbre, dijo, hay que apelar a la sensibilidad y la inteligencia para el arte en las nuevas generaciones y así evitar lo nefasto.

“Sabemos que un poema no va a silenciar los cuernos de chivo, pero es precisamente una forma de resistencia”, afirmó ante cientos de jóvenes que se reunieron en el patio central del Centro Cultural Los Lagos, donde se desarrolla la Feria Internacional del Libro Universitario (FILU), organizada por la Universidad Veracruzana.

La charla con JEP se realizó para festejar 70 años de vida del poeta y qué mejor que hacerlo viniendo acá para que me pregunten o me reclamen lo que quieran, cualquier duda, observación o regaño, dijo.

El traductor y ensayista rehusó hablar de sí mismo, relatando el cuento de un ciempiés que va caminando por la pared y un entomólogo le pregunta: ¿cuál patita mueves primero para caminar? El pobre animalito se queda pasmado, nunca se lo había preguntado y por estar pensando en eso deja de caminar, se queda inmóvil y muere de hambre. Así que mejor no pienso en mí mismo, relató.

Lo único que señaló sobre su persona es que escribe por gusto, no por magisterio y porque es lo único que sabe hacer.

Yo sólo sirvo como escritor y dentro de la literatura sí puedo hacer muchas cosas, pero no sirvo para nada más fuera de la escritura. Si quieres te hago un dibujo para que veas lo malo que soy afuera y me creas, dijo a un estudiante, a quien pidió su cuaderno.

–¿Cuántas veces lo ha salvado la literatura? –cuestionó otro.

–Todos los días, estando al borde de la muerte.

Aclaró que no ha sido catedrático de la UNAM, como algunos de sus biógrafos pregonan, y lo contradictorio, dijo, es que yo que vengo del subdesarrollo siempre he dado clases en universidades ultradesarrolladas.

La muerte de un mundo

Pacheco aludió a lo que sucede en el planeta y en México que da indicio de cambios radicales que se aproximan, de la muerte de un mundo. Como dijo el griego Páladas en la vieja Alejandría, lo peor jamás se anuncia, citó.

“Conmemoramos el año uno de la catástrofe financiera, que comenzó el 3 de septiembre de 2008; eso jamás se había anunciado, como jamás se había anunciado algo como el problema del agua en la ciudad de México y el cambio climático en el mundo.

Páladas vio desaparecer mundos; espero que ustedes no, porque son jóvenes, como yo los veo desaparecer también, pues siento que está terminando un mundo. Lo vemos aceleradamente en estos días en México, sobre todo con el horrible problema del narcotráfico y la violencia que ha engendrado, y yo lo que no sé es qué lo va a sustituir y qué podemos hacer para que lo que lo sustituya no sea peor que lo que estamos dejando atrás.

La opción son nuevas generaciones, buscar que tengan en el arte y el quehacer literario y poético una forma de resistencia.