Venecia, 10 de septiembre. El italiano Guido Montaldo también ha sucumbido a la fascinación de la fuerte identidad política y cultural de Cuba. Así lo demuestra en el documental L’Oro di Cuba (El oro de Cuba), que se presentó hoy fuera de concurso en el Festival de Cine de Venecia.

A Montaldo le ofrecieron rodar un documental sobre la isla, el cual repasara los 50 años de la revolución cubana, y el director realizó un filme mediante entrevistas con destacados profesionales cubanos.

En los 50 años de esta aventura han caído todos los muros y Cuba sigue allí, dijo Montaldo, quien ha dirigido varias óperas.

Aseguró que la vida en la isla no es fácil, sin embargo le sorprendió también la fuerza de su gente para “no perder nunca la cabeza ni la sonrisa.

El oro de Cuba es el amor de los cubanos por la isla, concluyó. Es su extraordinaria belleza y su amor por su tierra y su patria.

A los que le preguntan por la otra cara de la revolución, la cual no aparece en el documental, el director recomienda de forma lacónica ir a Miami.

Ante el futuro incierto de la isla, Montaldo cree que algo cambiará. Aunque no sabe cómo, espera que el paso sea gestionado por un gran amor.

Sharif: el único árabe

Para Omar Sharif, ni el futuro ni el pasado tienen sentido. Lo más importante para el actor egipcio es el presente.

Creo que pensar en el futuro es para los jóvenes, y meditar sobre el pasado es inútil en la vejez, dijo Sharif en Venecia, donde su más reciente filme, The Traveller (El viajero), compite en el festival de cine de la ciudad italiana.

En la vida ya he borrado todo lo que ha desaparecido, señaló.

La película debut de Ahmed Maher narra tres días claves de la vida del viejo Hassan (Sharif): uno en 1948, el segundo en 1973 y el tercero en 2001.

La historia explora el tiempo y el pasado, mientras el anciano Hassan busca volver a conectarse con su historia personal a través del joven Alí, de quien está convencido que es su nieto.

Aunque llegó a ser una importante estrella de Hollywood con películas como Lawrence de Arabia, de 1962, y Doctor Zhivago, tres años después, Sharif recuerda sus primeros días en la industria estadunidense del cine como difíciles.

Al ser el único árabe que trabajaba en Hollywood, tuve que ser muy cuidadoso con lo que hacía, sostuvo.

“Por ejemplo, Columbia Pictures firmó un contrato de cinco años conmigo cuando hice Lawrence de Arabia, pero no me pagaron nada”, dijo.

Sharif también explicó cómo su matrimonio con la actriz egipcia Faten Hamama no pudo sobrevivir, debido a los constantes viajes que el actor realizaba por su trabajo.

Desde 1966 nunca he vivido con una mujer, solamente he vivido en hoteles y he comido en restaurantes. Pero mi vida fue muy feliz, no me estoy quejando, señaló.

Una comedia por década

Los seguidores del exitoso director alemán de origen turco Fatih Akin deberán esperar algún tiempo para ver otra comedia de este cineasta después de Soul Kitchen, acerca del joven dueño de un restaurante de Francfort que lucha por equilibrar su trabajo con una relación de larga distancia y un hermano encarcelado.

Tal vez una comedia cada 10 años, no cada cinco; es demasiado difícil, dijo hoy Akin durante en el encuentro fílmico de Venecia.

Me pareció muy, muy difícil hacer una comedia, dijo Akin durante la presentación de la cinta, que entra a concurso en el Festival de Venecia, y recibió un cálido aplauso.

El director de Contra la pared y Al otro lado (Auf der anderen Seiten) compite por primera vez por el León de Oro.

Akin dijo que está sereno tras las primeras reacciones muy positivas hacia Soul Kitchen; añadió que su película está en el lugar correcto, ya que originalmente estaba previsto que se presentara en Cannes.