Buenos Aires, 30 de agosto. El paro patronal que dirigen cuatro entidades de productores rurales, y que comenzó el pasado viernes, está muy lejos de parecer lo que fue el conflicto duro de 2008, con escasa presencia en las carreteras y dos líneas enfrentadas entre moderados y ultradicales que amenazan con extender la medida por tiempo indeterminado.

El presidente de la Federación Agraria (FAA) de Entre Ríos, Alfredo de Angelis, que ha tenido roces con otros productores de esta misma organización, apoyado por sectores militares de la pasada dictadura (1976-1983) y la derecha más radical de la zona, amenaza con un bloqueo de carretera para inmovilizar una vía estratégica para el comercio regional.

El más radical de los sectores, los llamados autoconvocados que reúne a grupos políticos de las ultraderechas locales y una cantidad de asociados, que nada tienen que ver con el campo, intentan violentar la situación y arrastrar al resto para alargar el paro con intenciones golpistas como lo fue el de 2008.

Sostienen que si hay una provocación del gobierno, el paro va para largo. Algunos analistas advierten que esta declaración presupone que alguien está imaginando una autoprovocación.

Fácilmente en una carretera bloqueada puede haber enfrentamiento con los camioneros, uno de los sectores más perjudicados el año pasado.

Lo que han logrado con la violencia los productores es la indiferencia de la población en general, especialmente al conocer que han tenido muy buenas ganancias con la soya y a pesar de la sequía que se abate sobre todo el país y de la crisis mundial que alcanza a todos por igual.

El gobierno de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner firmó acuerdos con otros sectores del campo y se han destinado millones de pesos de ayuda a los afectados por la sequía, a los productores de leche y otros subdisios. La nueva ley de emergencia dispone 500 millones de pesos de nueva ayuda para el campo, y fue votada por todos los sectores.

Pero lo que sorprendió es la actitud de los medianos y pequeños productores de la FAA, cuyo dirigente nacional Eduardo Buzzi estuvo de acuerdo con uno de los mayores monopolios del campo, Grobopatel, para no tratar la Ley de Arrendamiento, en defensa de los más débiles.

Una vez más esto no es un paro porque son los patrones los que paran y además en los campos se continúa trabajando con absoluta normalidad, recuerda el analista Héctor Pitluk en el semanario Miradas al Sur.

Añade que se dispuso un cese de comercialización de granos, cuando en este momento la cosecha gruesa terminó y la más fina se está sembrando. Sólo tienen granos los intermediarios, acopiadores, exportadores y los más grandes productores. Otro dato que señala es que la Mesa de Enlace siempre comienza los paros en fin de semana, cuando no se trabaja y en el caso del cese de la comercialización de carne, y el primer día del paro entraron 12 mil cabezas de ganado al mercado. Esto es para demostrar que los productores no dejan de ganar altas cantidades de dinero mientras se paran en las carreteras.

El momento no está muy bien elegido ya que ahora se está librando la madre de todas las batallas, como señala una asociación de periodistas, ya que ante el envío al Congreso de la nueva ley sobre servicios audiovisuales que remplaza la que fue impuesta durante la pasada dictadura, se produjo una amenazante reacción de los monopolios informativos, que controlan la mayoría de los medios escritos, televisión y radio. Nada puede suceder fuera de ese control, ya que el alcance de los medios alternativos es mínimo.

Los grandes monopolios de la prensa suscribieron con la dictadura pasada el control de papel prensa y grandes beneficios.

El envío de la nueva ley de radiofusión ha movido el tablero muy rápidamente y también está poniendo a cada uno en su lugar.

La guerra va a ser dura. Si hay que estar con los monopolios para salvar la libertad de prensa, me pongo al frente de los monopolios, ha dicho Elisa Carrió, de la Coalición Cívica.

Esto se vio en relación a la reciente cumbre de presidentes donde, sólo para oponerse al gobierno que es parte de la Unión de Naciones Sudamericanas, asumieron la defensa de Estados Unidos y de Colombia.

La información sobre la cumbre fue altamente distorsionada y por estas horas, todo el gobierno ha sido puesto en la mira. La guerra comenzó con extrema dureza.