De paseo por el malecón
sofáde la capitalFoto Gerardo Arreola
a Habana. El malecón es la avenida más popular de la ciudad. Serpentea a lo largo de siete kilómetros sobre el litoral norte y tiene como remate un muro de baja altura.
Durante la mayor parte del año es, como dicen los nativos de la capital cubana, el sofá
de la capital de la isla. Ahí vienen a sentarse jóvenes y viejos, nativos y turistas, a conversar, a tomarse unas cervezas o una botella de ron y a ver pasar el tiempo.
Es el espacio ideal para los enamorados y en algunos de sus puntos siempre hay vida hasta bien entrada la madrugada. Estar en el malecón es suficiente para relajarse después de un día de tensiones. Es punto de encuentro, pista de jogging, mirador de la puesta de sol, cobijo de intimidades y hasta puerto de pesca.
Se construyó durante los primeros 30 años del siglo pasado para unir el casco histórico de la ciudad con las nuevas urbanizaciones. Como la obra le ganó terreno al mar, no es extraño que las crecidas de la marea estallen contra el muro e invadan la avenida, como recordando los límites históricos del agua.
En tiempo de huracanes el malecón se inunda y la altura de las olas es una medida de la gravedad de la tormenta. En la mayor parte del año la entrada del malecón es también un balneario popular. No hay playa, sino roca y el agua en esa parte es más bien turbia. Pero, sobre todo en el verano, los jóvenes desafían todos los inconvenientes para instalarse ahí unas horas a combatir el calor.
Gerardo Arreola, corresponsal