Dado que la pobreza deshumaniza y afecta la dignidad de las personas, impidiéndoles vivir como hijos de Dios, así como al hecho de que la crisis económica ha repercutido en el aumento del número de personas que viven en la marginación, la Iglesia católica nacional, por conducto de las comisiones diocesanas y los equipos parroquiales de Pastoral Social-Cáritas, intensificarán la atención, escucha, solidaridad y acompañamiento de los sectores más empobrecidos de la sociedad.

Lo anterior forma parte de los acuerdos a los que se llegó durante el Encuentro Nacional de Pastoral Social 2009, en el cual el tema fue La pobreza en México, reunión en la que se expresó que debe establecerse un modelo alternativo de desarrollo, más centrado en el ser humano y que no deteriore la vida de las personas, dando sólo prioridad a las leyes del mercado.

Antonio Sandoval, coordinador del área de incidencia política de Cáritas de América Latina y el Caribe, precisó que la Iglesia católica no puede permanecer neutral ante las estructuras, políticas o sociales, que dañan a las personas.