El museo-casa del revolucionario ruso enfrenta severos problemas económicos
Ante la creciente voracidad y brutalidad del capitalismo, su inmenso legado sigue vigente, manifestó su nieto Esteban Volkov
El recinto espera la entrega de recursos del GDF
Sábado 22 de agosto de 2009, p. 3
Los problemas económicos del Museo Casa de León Trotsky derivados del cierre temporal por obras que se realizan en avenida Río Churubusco y por la emergencia sanitaria de abril pasado (La Jornada, 3 junio), se agravan a causa del retraso en la entrega de los recursos que le asigna el Gobierno del Distrito Federal (GDF) a través de la Secretaría de Cultura.
Por un convenio firmado con la Secretaría de Cultura del GDF, el Museo Trotsky recibe 800 mil pesos al año, en dos entregas de 400 mil cada una. Hasta la fecha no se ha cumplido con la segunda, lo que debió ocurrir en los primeros días de este mes, sin que haya explicación y solución por parte de las autoridades.
Según Miguel Mouriño, coordinador de difusión del recinto, el retraso ya ocasionó que se adeuden dos quincenas de salario al personal (16 trabajadores) que ahí labora.
A pesar de todo, las actividades culturales y la atención al público continúan, pero no se sabe por cuánto tiempo.
Mouriño informó lo anterior en el contexto de la ceremonia conmemorativa del aniversario número 69 del asesinato de León Trotsky.
Durante el acto, Esteban Volkov –nieto de quien fue uno de los principales artífices de la Revolución Rusa– sostuvo que ante la cada vez mayor voracidad y brutalidad del régimen capitalista
, sigue vigente el inmenso legado dejado por su abuelo.
El recinto se ubica en lo que fue la casa habitada por Trotsky en Coyoacán, durante su exilio en México. El fundador del Ejército Rojo salió de la Unión Soviética perseguido por oponerse a la orientación dada a la revolución por José Stalin, al asumir el liderazgo de la misma tras la muerte de Lenin.
Perseguido y amenazado de muerte, luego de recorrer varios países cuyos gobiernos se negaron a darle refugio, llegó a México donde el gobierno de Lázaro Cárdenas le ofreció asilo político.
El 20 de agosto de 1940, Ramón Mercader, un comunista español, por órdenes de Stalin, burló la seguridad que protegía a Trotsky y so pretexto de mostrarle un artículo, entró hasta el estudio que el político ruso tenía en la casa de Coyoacán. Cuando Trotsky se inclinó sobre el escritorio para leerlo, Mercader le asestó un golpe en la cabeza con un piolet.
Para lograr su cometido, Mercader primero se hizo amante de la secretaria del líder revolucionario. Después se hizo amigo de la familia, a la que convenció de que era un trotskista fuera de toda sospecha. El intelectual y revolucionario ruso falleció al día siguiente del ataque. La noticia conmocionó al mundo.
Exposición conmemorativa
Los restos de Trotsky yacen en el jardín de la casa, al pie de una estela diseñada por el pintor y arquitecto Juan O’Gorman, que tiene marcado en bajorrelieve el símbolo compuesto por la hoz y el martillo.
Junto a ese monumento, Esteban Volkov montó guardia ayer y recordó a su abuelo, con el que había llegado a vivir un año antes de su muerte.
Volkov tenía poco más de 13 años cuando ocurrió el atentado. Llegaba de la escuela: “Aun me parece que fue ayer cuando por la puerta entreabierta de la biblioteca vi al abuelo herido de muerte, recostado en el piso del comedor con la cabeza ensangrentada, y a su lado su inseparable compañera Natalia, quien le aplicaba hielo en la herida, tratando de detener la hemorragia.
“Al oír mis pasos en el cuarto vecino, señalando con dificultad, indicó que me mantuvieran alejado, ‘no debe ver esto’.
“Poco antes, al oír el llanto y los quejidos del agente de Stalin que era golpeado por alguno de los camaradas, dijo: ‘No lo maten, debe hablar’. Stalin, el sanguinario tirano del Kremlin, jefe máximo de la contrarrevolución, había finalmente logrado asesinar a uno de los más notables revolucionarios que ha dado la humanidad”, refirió Volkov.
Al final de la sencilla pero muy emotiva ceremonia, los asistentes cantaron La Internacional.
Los visitantes al Museo León Trotsky pueden recorrer la casa y observar, entre otros sitios, el lugar donde trabajaba el jefe del Ejército Rojo y donde aun están el escritorio y la silla que utilizaba al momento del atentado.
En el inmueble anexo –de construcción más reciente– hay un auditorio y dos galerías. En una hay una muestra permanente con fotografías y objetos del revolucionario ruso. En otra, como parte de la conmemoración, se inauguró ayer una exposición de retratos –fotografías, pinturas y grabados– de Trotsky.
Los problemas económicos del museo comenzaron a finales de 2008 cuando fue cerrado Río Churubusco a la altura del recinto, pues disminuyó la afluencia de público y con ella los ingresos autogenerados por el cobro de la entrada y la venta de fotos, libros y otros objetos.
En abril pasado, debido a la emergencia sanitaria por la epidemia de influenza, el Museo Casa León Trotsky permaneció cerrado 20 días. No ha habido recuperación desde entonces.
La asistencia de público se encuentra 60 por ciento abajo del promedio registrado antes de todo eso.
Por ello –subrayó Miguel Mouriño– hacemos este llamado ante el retraso del presupuesto; no sabemos la razón. Pese a todo, los trabajadores han mantenido las actividades y el espacio abierto al público
.
Indicó que en días pasados le entregaron en propia mano a Marcelo Ebrard, jefe de Gobierno del DF, una carpeta con toda la información sobre el asunto. Se comprometió a darles una cita después, pero a la fecha no ha habido otra respuesta.