La mayor parte de la contratación colectiva en el Distrito Federal queda bajo el control de 34 líderes sindicales y sus familias, quienes detentan más de 8 mil 900 contratos de trabajadores de las ramas comercial, de la construcción y de servicios; muchos de ellos dirigen varios sindicatos a la vez y algunos detentan hasta más de 100 contratos con igual número de empresas.

La mayoría se relige en automático, otros con procesos electorales fingidos, algunos por auto-denominación o acuerdo de su propio comité ejecutivo, hay casos en los que esposas, hijos u otros parientes de los líderes también tienen su sindicato, la mayor parte tiene registro y toma de nota de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), no tienen una vida democrática ni realizan asamblea alguna, además, manejan las revisiones salariales y contractuales como un mero trámite administrativo, del cual no se enteran los trabajadores.

La investigación titulada Evaluación de la Contratación Colectiva en el Distrito Federal, coordinada por José Alfonso Bouzas y apoyada por la fundación Friedrich Ebert, hace el mapeo de las organizaciones sindicales que controlan los contratos colectivos en la ciudad de México y rastrea a las organizaciones que venden protección y descubre a sus dirigentes.

Incluso, lanza la advertencia de que auténticas familias se han apoderado de la sindicalización en el país, y que el porcentaje de estos contratos de protección es tan alto que nos estaríamos acercando al fin de la negociación colectiva auténtica (democrática) en México.

Para el estudio, en el que participaron Luis Olivier Reyes Ramos y Mario Vega Huerta, se revisaron los contratos colectivos desde 2001 hasta 2008, proporcionados por la Junta Local de Conciliación y Arbitraje (JLCA) y se dan los nombres de los dirigentes sindicales, los cuales, según se señala, misteriosamente no tienen ningún problema para obtener cada vez que se religen su toma de nota de la STPS, por lo que advierte que la mayor parte de estas organizaciones cuentan con la bendición de la  Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos (CROC) y de la Confederación de Trabajadores de México (CTM), centrales a las cuales están afiliados

Refiere que el líder de la  CROC, Isaías González Cuevas, es secretario general de la Unión Nacional de Trabajadores de la Industria Alimenticia, Refresquera, Turística, Hotelera, Gastronómica y Conexos, con 46 contratos colectivos, y también es líder de la Unión Nacional de Trabajadores del Comercio y Oficinas Particulares, con otros 13 contratos colectivos, y dirige el Sindicato Industrial Revolucionario de Obreros de la Construcción con nueve contratos más. En todos tiene registro.

La lista de los sindicatos que están en esta misma condición es extensa, de la misma CROC está el caso de Efrén Zamora Aguilar, quien dirige dos sindicatos, uno de Trabajadores y Empleados de actividades del Comercio, con 26 contratos colectivos, y un pariente suyo, Efrén Zamora Solís lidera la organización Primero de Mayo de Trabajadores de Hoteles con ocho contratos.

En la CTM las cosas son similares, por ejemplo, José Janitzio Soto Elguera dirige el Sindicato Belisario Domínguez de Trabajadores de la Industria Alimenticia y Similares, con 19 contratos, y también tiene el registro del Sindicato Belisario Domínguez de Trabajadores del Comercio, con otros 32 contratos, y otro sindicato del ramo hotelero con cinco contratos más. Además, tiene el Sindicato Belisario Domínguez de Trabajadores de la Industria Automotriz a nombre de uno de sus parientes, Rubén Soto Camacho, con cinco contratos. Todos tienen el registro de la STPS

Más de 290 contratos tiene el Sindicato Nacional Presidente Adolfo López Mateos de Trabajadores y Empleados del Comercio en General y Escuelas Particulares, cuyo secretario general es Roberto Mendoza León, el cual fue uno de los primeros líderes en la ciudad de México en detentar más de un centenar de contratos.

En el estudio se enumera a los dirigentes que detentan la mayoría de la contratación colectiva, gran parte de protección en el Distrito Federal; amparado por la CTM está Jorge Montaño Méndez, quien administra 58 contratos colectivos de la rama de establecimientos comerciales; Margarita Muñoz Ortega, lidera dos sindicatos y tiene en total 74 contratos con igual número de empresas.

 José Antonio Martínez Rodríguez tiene 22 contratos de cantinas, bares, centros nocturnos, clubes y discotecas del Distrito Federal; Carlos Sandoval Nuñez tiene 18 contratos de centros comerciales; en cafeterías, pastelerías y dulcerías, Rubén Mayén Sánchez tiene 24 contratos colectivos. Vicente Calvario tiene 57 contratos colectivos de trabajadores del sector de seguridad y resguardo de valores; Armando Lazcano, 33 en el sector comercio; Plutarco Vega Franco,  22 de trabajadores vendedores; Juan Carlos Flores, 21, y Pablo Jesús Roldán Carreón tiene 82 en la industria de la piel, todos ellos pertenecen a la CTM.

En la CROC, además de los ya mencionados, Sergio Mendoza León administra 50 contratos colectivos en el ramo de bares y cantinas; otros 60 tiene Sandra Pérez Velázquez en el sector de escuelas particulares y comercios, y 128 contratos del área de empleados comerciales son de Ricardo Hernández. Asimismo, Marcela Cárdenas García ostenta 49 contratos de agencias de turismo, servicios de mensajería y escuelas.

Hay muchos más nombres. Este es el verdadero rostro de llamada paz laboral en el país, que no es otro que el de la simulación sindical, apunta el informe.