Aplicar el impuesto al valor agregado (IVA) a alimentos y medicinas sería devastador para las familias mexicanas, debido a las cifras de pobreza publicadas recientemente, sostuvo José Luis de la Cruz, investigador del departamento de economía y finanzas del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey.

El gobierno federal está tentado a poner sobre la mesa el IVA a alimentos y medicinas fundamentalmente porque al ser bienes de primera necesidad su consumo se sigue incrementando a pesar de la crisis, señaló De la Cruz. Agregó que las familias, sobre todo las más pobres, entraron a una situación crítica, debido a la situación económica.

No obstante, estimó que difícilmente pasará el gravamen, pues en términos políticos el costo sería muy muy grande.

El académico indicó que el boquete en las finanzas públicas, más que obedecer a la actual coyuntura económica, tiene un componente estructural, por lo que en vez de una reforma tributaria, mayores recortes al gasto o implementar nuevos impuestos, lo que se necesita es restructurar el marco tributario.

De la década de los 80 a la fecha, abundó, la economía mexicana ha registrado una tasa muy baja de crecimiento, de alrededor de 2.6 por ciento. Además, ha habido una mala utilización de los recursos petroleros y una prospección deficiente sobre explotación.

Agregó que si bien la crisis contribuyó a que los cálculos en materia fiscal de la Secretaría de Hacienda resultaran erróneos para este año y el próximo, es necesario mantener una visión integral de mediano y largo plazos que permita corregir las deficiencias del sistema en su conjunto.

No debemos caer en los errores históricos de la década de los 80, en la que en aras de ajustar el déficit fiscal y tratar de que fuera bien visto por instituciones internacionales, acabamos sacrificando los motores de crecimiento económico del país, que ahora nos están alcanzado, puntualizó.

No obstante, subrayó que hay algunas alternativas que tendrían que comenzarse a explorar, como regular el mercado laboral de outsourcing, donde el pago de impuestos es muy bajo. Además, los trabajadores no reciben prestaciones.

En materia de impuestos, De la Cruz expresó que es necesario eliminar las excepciones al sector financiero. Evidentemente tiene una situación privilegiada, sobre todo la parte bursátil, donde existen grandes transferencias de recursos económicos y muchas no pagan ningún impuesto, añadió.

Explicó que otra alternativa a corto plazo sería incrementar el impuesto a los depósitos en efectivo, a través del cual se ha logrado una recaudación de poco más de 16 mil millones de pesos.

Posiblemente se recurriría a bajar un poco el umbral de 25 a 20 mil pesos mensuales, aseveró.

Por otra parte, consideró que habría que revisar el gasto gubernamental, con el propósito de hacerlo más eficiente y evitar el desvío de fondos.

Por ese lado hay fugas inmensas. Quizá regulando esos gastos se pueden obtener ingresos superiores a 100 mil millones de pesos, sin mayor problema, que evitarían que el gobierno federal estuviese buscando gravar más sectores o inventando aranceles, opinó.

Respecto de la propuesta de Hacienda de burzatilizar los proyectos de infraestructura, indicó que se corre el riesgo de que el sector privado muestre poca disposición a hacer inversiones que no considere exitosas.

Si bien algunos proyectos podrían tener viabilidad, porque son muy atractivos, los encaminados a sacar del atraso las zonas marginadas acabarían teniendo la necesidad de que el gobierno tenga que hacer una gran inversión, comentó.