Berlín, 15 de agosto. El mexicano Éder Heraclio Sánchez Terán devolvió el brillo de antaño a la caminata del país al ofrecer el primer metal de Latinoamérica con la medalla de bronce en el Campeonato Mundial de Atletismo de Berlín, en la prueba de 20 kilómetros, que se adjudicó el campeón olímpico ruso Valeriy Borchin, seguido del chino Hao Wang.

Sánchez, de 23 años, cruzó la meta con un tiempo de 1:19.22 horas para subir al podio y romper con el ayuno de una década en esta distancia, al aportar la séptima medalla de México en caminata en la historia de los mundiales, tras el oro conseguido por Ernesto Canto en Helsinki 83, y el primer y tercer sitio de Daniel García en Atenas 97 y Sevilla 99, respectivamente, en 20 kilómetros.

En la prueba de 50 kilómetros, los mexicanos que también han obtenido medallas son: Enrique Vera, plata en Malmoe 76; Miguel Ángel Rodríguez, Atenas 97, y Édgar Hernández, bronce en Edmonton 2001.

Este es el regreso de México a los podios de premiación y ha sido el resultado de un arduo trabajo durante 12 años. Hacía falta la medalla; existe una generación de jóvenes que pueden hacer grandes cosas, pero necesitan motivaciones, dijo Éder, quien mejoró el cuarto y octavo sitio conseguidos en Osaka 2007 y Helsinki 2005, pero todavía no supera la decepcionante actuación olímpica en Pekín 2008 al arribar en el puesto 15; seguí entrenando y ahora se ven los resultados, añadió.

Sánchez señaló que en el kilómetro 17 se dio cuenta que podía alcanzar el podio y aceleró el ritmo, dejando al colombiano Luis Fernando López, en la quinta posición (venía tercero), con 1:20.03, siendo éste superado por el italiano Giorgio Rubino (1:19.50), en una jornada para México que se completó con el octavo sitio de Jesús Sánchez (1:20.52), quien llegó a la meta vomitando, y Pedro Daniel Gómez, lugar 28 (1:24.39).

El ruso Borchin se llevó el triunfo con 1:18.41, seguido del chino Hao, con 1:19.06, mientras el doble medallista olímpico en Pekín, el australiano Jared Tallent, finalizó sexto con 1:20.27.

La desilusión fue el español Paquillo Fernández, medalla de plata en los tres mundiales pasados, que debió abandonar a la mitad de la competencia que por primera ocasión no tuvo como escenario un estadio, pues la salida y meta se disputó sobre un circuito en la avenida Unter den Linden (Bajo los tilos) y los alrededores de la emblemática Puerta de Brandeburgo.