Un pueblo gallego de la costa ibérica noroeste se convierte de súbito en el escenario de un homicidio. El inspector de la policía de Vigo, Leo Caldas, acompañado de un ayudante irreverente y mordaz, pero torpe y temeroso, se da la tarea de entrevistar a sospechosos y potenciales informantes en esta localidad de pescadores. Los interrogatorios resultan complicados porque la gente teme hablar y valida por momentos la falsa y evasiva versión de que en el pueblo ronda el fantasma del capitán Souza, quien posiblemente haya vuelto a Panxón (Panjón) a cobrar cuentas a Justo Castelo.

Hombre callado y desangelado, el pescador asesinado vivía aparentemente pasmado por el naufragio del barco Xorelo, que causó la muerte a Souza. Y como en toda buena historia policiaca de fluida lectura –además de un Sherlock Holmes y un Watson de Vigo–, la víctima había vivido obsesionada con una melodía misteriosa, una pieza del pianista noruego Edvard Grieg, que ahonda las dudas en torno al deceso. El mutismo que rodeó la vida del pescador complica la investigación a Caldas, pero el inspector reconstruye con testimonios y hechos simbólicos las últimas horas de Castelo, hasta que da con la verdad, no sin antes cometer frustrantes errores.

El escritor Domingo Villar produjo así un ameno relato protagonizado por un policía de profunda vocación, que pone por encima de su novia y de su padre, continuamente relegados en espera de un tiempo libre que nunca llega. Esta es la segunda novela del autor gallego de 38 años, quien logró su primer éxito en el género con Ojos de agua (Siruela, 2006).

Título: La playa de los ahogados

Autor: Domingo Villar

Editorial: Siruela

Número de páginas: 445

Precio de lista: 275 pesos