Martes 14 de julio de 2009, p. 2
Este lunes, los 400 estudiantes que participan en la 40 Olimpiada Internacional de Física aplicaron los exámenes teóricos de la justa.
El nerviosismo quedó fuera. Al pasar las puertas del centro de convenciones Siglo 21 de esta ciudad –donde se efectuó el examen–, los jóvenes se notaban confiados en realizar su mayor esfuerzo para resolver las pruebas, que se dividieron en mecánica, óptica y astronomía.
Luego de recibir las indicaciones, todo fue silencio, mismo que se prolongó durante las cinco horas que duró la prueba.
La competencia estuvo dominada por la presencia masculina. De los 400 participantes sólo 27 son mujeres, es decir, 6.75 por ciento. Sólo 23 de las 76 naciones que asistieron a la olimpiada cuentan con competidoras.
Australia, Bolivia y China son las únicas delegaciones con dos mujeres entre sus representantes (la mayoría de los equipos tienen cinco miembros). Otros países con sólo una mujer en sus filas fueron Austria, Francia, Lituania, Turquía, Estados Unidos, Pakistán, Portugal, Dinamarca, Ucrania y Ghana, mientras la delegación de México la integran sólo hombres.
Los organizadores consideraron que este fenómeno no es extraño, pues tradicionalmente la física, las matemáticas y las ingenierías son disciplinas en las que hay más participación masculina. Datos proporcionados por la Academia Mexicana de Ciencias revelan que en estas áreas en México sólo existe 20 por ciento de presencia femenina, a diferencia de las áreas biológica y de la salud, en las cuales más de 50 por ciento de estudiantes son mujeres.
Operativo de vigilancia
El comité organizador guardó todas las precauciones para evitar fugas de información: desde que llegaron a la ciudad los participantes fueron separados de sus profesores, se hospedaron en hoteles distintos y no tienen contacto con los evaluadores.
Durante el examen se implementó una especie de operativo para vigilar en todo momento a los competidores, a quienes sólo se les permitió ingresar con calculadora, lápiz y borrador.
El centro de convenciones se convirtió en un búnker al que sólo tuvieron acceso alumnos, organizadores y vigilantes. A cada alumno se le asignó un cubículo cerrado, no podían tener contacto con nadie; incluso, cuando requerían ir al sanitario mostraban un letrero con la leyenda WC
e inmediatamente acudía un vigilante para acompañarlos.
Durante las cinco horas, los jóvenes se mostraron relajados y seguros de sus conocimientos; en busca de comodidad, algunos hasta se quitaron los zapatos.
Nikolaos Aramidis, de Chipre, fue el primero en terminar las tres pruebas. Tres horas y media después de que se inició el certamen (que se realizó de 9 a 14 horas) la sentregó a los organizadores.
Los competidores sólo tienen una prueba más por resolver: el examen experimental, que se aplicará el miércoles. Los resultados de la olimpiada se darán a conocer el fin de semana, previo a la clausura.