Mérida, Yuc., 13 de julio. En poco tiempo, México comenzará a padecer las consecuencias de la falta de apoyo al desarrollo de la investigación científica y tecnológica, ya que no se vislumbra un remplazo de la actual generación de científicos consolidados, aseguró Rosaura Ruiz Gutiérrez, presidenta de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC).

En entrevista, durante la 40 edición de la Olimpiada Internacional de Física, que se lleva a cabo en esta ciudad, Ruiz subrayó que debido a la escasez de presupuesto para el sector no existen plazas suficientes para las nuevas generaciones de científicos mexicanos.

Por ello, llamó al gobierno federal, al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y a las instituciones de educación superior a que generen plazas para jóvenes investigadores, así como las condiciones necesarias para que desarrollen su trabajo.

El primer paso (para impulsar la ciencia) es incrementar los recursos para el sector. El problema central es el de los recursos. Ruiz alertó que no sólo es necesario crear más plazas, sino generar el ambiente adecuado para el desarrollo de los científicos.

En el país no existe el ambiente ni hay infraestructura; no hay grupos, no acceden a revistas ni a literatura científica y existen problemas de organización. Para el desarrollo del sector no sólo hay que crear plazas; también se deben otorgar a los nuevos cuadros los elementos necesarios para hacer investigación.

En el contexto de la competencia internacional de física, ejemplificó que el país tiene una buena generación de especialistas surgidos de esa disciplina, como Manuel Peimbert, Silvia Torres y Luis Felipe Rodríguez (actual presidente de la Sociedad Mexicana de Física), todos, sustitutos de la generación de Marcos Moshinsky. Sin embargo, después de ellos no hay nuevos cuadros por la falta de oportunidades, indicó.

Asimismo, la presidenta de la AMC resaltó que entre los primeros pasos para impulsar el sector está crear un consorcio para que todas las instituciones de educación superior y centros de investigación del país tengan acceso a la literatura científica mediante una red, y con ello fomentar una mejor interacción entre los científicos mexicanos.

Además, se debe generar mayor infraestructura científica, mejorar la organización tanto entre los académicos como con las instancias gubernamentales encargadas de la ciencia y la tecnología y dar mayor relevancia a la relación entre educación superior y ciencia: si no hay buena educación, no surgen buenos científicos, y sin éstos en las cátedras no hay educación de calidad.

Ruiz consideró que el Conacyt ha avanzado, pero debe corregir. Sus tiempos para la entrega de recursos a proyectos de investigación básica son muy lentos. Además, privilegia al sector empresarial.

Subrayó que no está en contra de que se entreguen recursos a las compañías que apoyen el desarrollo científico y tecnológico del país, pero acotó que no deben otorgarse a costa de la ciencia básica.

Advirtió que la comunidad científica, en particular la AMC, estará pendiente de que este sector no sufra una reducción presupuestal este año debido a la crisis económica.

Hemos solicitado al Conacyt no hacer recorte en la ciencia básica ni en becas (para alumnos de posgrado e investigadores). Es asombroso que en México (las autoridades) argumenten que como hay crisis se tiene que reducir el presupuesto de educación y ciencia, cuando debería ser lo contrario, como hizo el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, al incrementar los recursos para la investigación.