Para superar su compleja situación financiera, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) requiere disponer de reservas financieras y adoptar tres medidas que implican un costo fiscal.

Con ese fin se deberá reformar nuevamente la ley del organismo, a fin de incrementar las aportaciones para el pago de prestaciones en dinero del Seguro de Enfermedades y Maternidad (SEM) a 11.6 por ciento del salario base de cotización (SBC).

Actualmente esa aportación proveniente del gobierno federal, patrones y trabajadores es, entre los tres, de uno por ciento del SBC.

En el Informe sobre la Situación financiera del IMSS entregado hace unos días al Poder Ejecutivo y al Congreso, el instituto también propone que el Estado aporte la mitad de lo que se requiere para la atención de seis padecimientos de alto costo, y que las contribuciones al SEM aumenten con base en la inflación.

De esta manera se garantizaría la sustentabilidad de la institución durante las siguientes tres décadas. Resalta que a partir de este año, su índice de crecimiento será igual a cero, incluso ya reporta una disminución en sus ingresos por 2 mil 131 millones de pesos.

El capítulo sobre la suficiencia financiera del instituto menciona los escenarios posibles para el periodo 2010-2050, derivados de la variables macroeconómicas y principalmente a partir de la desaceleración económica que se observa a partir de la segunda mitad de 2008 y se agudiza en 2009.

El análisis incluye los efectos que se tendrían si no se hace nada para enfrentar la crisis financiera, o si bien, se adoptan medidas internas y externas, principalmente las modificaciones legales para incrementar los ingresos del instituto.

En el supuesto de que no se hiciera nada, el IMSS empezará a usar los intereses generados por las reservas y luego el capital para cubrir el déficit entre los ingresos y los egresos. A final de año, el monto acumulado en cuatro fondos será de 128 mil 239 millones de pesos.

La medida permitiría extender la suficiencia financiera hasta 2017, año en que se agotarían esos recursos y en el entendido de que para poder disponer de los cuatro fondos existentes se tendría que modificar la Ley del IMSS.

Otra posibilidad es incrementar casi cinco veces el monto que el instituto está obligado a destinar a las reservas, para situarlo en 62 mil millones de pesos por año. La cifra equivale a lo que se asigna en el mismo periodo a la inversión física, materiales y suministros, así como a servicios generales y conservación. Es decir, señala el informe, afectaría la operación del IMSS.

El informe también se refiere a acciones internas que podría adoptar el instituto para superar el déficit, las cuales involucran mejorar la recaudación de cuotas obrero patronales, continuar con la política de compra de medicamentos al menor costo posible y modificar las prestaciones de los trabajadores del Seguro Social.

Sobre esto último, el reporte plantea que a partir de 2010 se disminuya un día por año, el número de días subsidiados por enfermedad general de los empleados del instituto, hasta igualar en 2014 el promedio de días de incapacidad cubiertos para los trabajadores del sector privado.

De cualquier forma, estas medidas son insuficientes, apenas contribuirían a reducir el déficit acumulado en el equivalente a 3 por ciento del producto interno bruto (PIB). De acuerdo con las estimaciones oficiales, la insuficiencia financiera de los seguros de prestaciones médicas representa 38.4 por ciento del PIB.

En cuanto a las políticas exógenas que solucionarían el problema financiero del IMSS, el informe señala que su aplicación requiere una nueva reforma legal. El gobierno federal aportaría el equivalente a la mitad de los gastos que hace el IMSS para atender diabetes, hipertensión arterial, insuficiencia renal, cáncer cérvico uterino y mamario, así como VIH/sida. El instituto estima que en 2008 estos padecimientos absorbieron 17.8 por ciento del gasto corriente del SEM.

La administración federal también haría una aportación adicional para cubrir los gastos médicos de los más de 2.5 millones de pensionados, equivalente a la cuota fija que aporta al SEM por cada asegurado.

Lo anterior, junto con la medida de incrementar a 11.6 por ciento la cuota para las prestaciones en dinero del SEM, daría al IMSS una suficiencia financiera para los siguientes 30 años, asegura el informe.