Integrante del Instituto Federal Electoral (IFE) desde hace 13 años, primero como director de prerrogativas, y desde noviembre de 2003 como consejero, Arturo Sánchez advierte que este organismo deberá hacer una profunda evaluación de los retos rumbo a los comicios de 2012.

En esto (organización de elecciones) nunca se puede cantar victoria, advirtió acerca de los mecanismos que permitieron que en este proceso se zanjaran las dificultades de 2006 en materia de transparencia de información y capacitación para que los mexicanos pudieran votar el domingo pasado.

También es necesario el análisis de factores nuevos, como el aumento del voto nulo (un millón 876 mil 629, equivalente a 5.40 por ciento del total de sufragios emitidos), agregó.

En ese sentido, propuso que personal del IFE diseñe una muestra lo más amplia posible para indagar las características de ese tipo de voto.

Arturo Sánchez procede de la anterior integración del Consejo General del IFE, entonces encabezado por Luis Carlos Ugalde, y continuará en esa instancia hasta octubre de 2010, de acuerdo con el relevo paulatino que fijaron los legisladores.

Con base en esa experiencia, defiende el desempeño que tuvo el IFE hace tres años, y argumenta que entonces se utilizó un modelo y un marco legal probado en elecciones anteriores, en las cuales no hubo hechos relevantes que hicieran pensar en la necesidad de cambios.

Lo que nos enseña la elección de 2006 es que el resultado cerrado (menos de un punto porcentual entre los principales contendientes) hacía necesario que tuviéramos más claridad de lo que pasaba en cada distrito, a cada momento, afirmó en entrevista.

Además, el Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP) había generado una serie de dudas, no por falta de información, sino por la forma de presentarla.

Por ello, comentó el consejero, lo que hicimos este año en materia de organización y capacitación, con un nuevo marco legal, fue dar prioridad a la transparencia de todos los datos durante y después de los comicios; además, fortalecer la capacidad de respuesta en los sistemas de información. Eso significa llevar controles que antes ocurrían, pero no se reportaban en el momento oportuno, agregó.

Los resultados que el consejero destaca como positivos tienen que ver con que sólo se dejaron de instalar 41 casillas en todo el país, y, de acuerdo con las cifras de los cómputos distritales, fue bajo el nivel de errores en el procesamiento de datos del escrutinio. Además, el avance fue significativo respecto al seguimiento de información puntual de los distritos y casillas cuyos votos fueron recontados.

Todo eso generó un esquema comunicacional muy diferente (al de 2006). Claro, la ley nos ayudó, porque nos detallaba cuándo abrir paquetes y cuándo no. Así se resolvió un problema, en automático, que hubiera quedado a la discreción del consejo distrital, apuntó.

Entonces, el reto es que ante una elección como ésta (2009) el IFE puede entrarle no sólo a la reforma legal, sino hacer un recuento de votos y tener los sistemas de cómputo que puedan dar cuenta de todo rápidamente, dijo