Monterrey, NL, 11 de julio. Una vez que los resultados electorales están a la vista y el mapa geopolítico de México se reconfigura, el gobernador de Nuevo León recomienda al jefe del Ejecutivo dar golpes de timón y señala que ante la dimensión de las crisis económica y de seguridad que vive el país, es obligado establecer acuerdos, concertar e incluso diseñar esquemas innovadores de cogobierno.

Convencido de que a grandes males hay que poner grandes remedios, el Ejecutivo de una de las entidades con mayores pérdidas de fuentes de trabajo, de octubre a la fecha –alrededor de 83 mil–, y donde los enfrentamientos entre bandas rivales del crimen organizado son frecuentes, ubica los comicios del pasado día cinco como un referendo cuyos resultados deben ser bien leídos por el gobierno.

Atribuye a la sabiduría popular el mensaje depositado en las urnas: hay cosas que no están funcionando y deben ser cambiadas, dice.

González Parás plantea realizar un examen de conciencia inmediato y a fondo. En primer lugar debe hacerlo el gobierno, que pierde adherentes y militantes porque (el resultado del PAN en las urnas) es una señal de que las cosas no han marchado como las mayorías lo demandan y ello obliga a replantear estrategias, planes e incluso equipos.

Y los partidos también deben reflexionar –apunta–, incluso aquellos que tuvieron buen resultado, porque de una forma u otra serán corresponsables de la gobernabilidad en estos tiempos difíciles.

Su interés está ante todo en la urgencia de que sociedad y gobiernos caminen juntos para enfrentar las acechanzas de la crisis financiera, cuyos efectos superan lo previsto.

Pondera entonces la agenda que el PRI planteó para los meses por venir. La ubica como de responsabilidad y de sobrevivencia en el campo político y en el del interés general de la población.

El gobernador Natividad González ParásFoto Carlos Ramos Mamahua

Las propuestas para acelerar la inversión pública, incentivar el gasto social y hacer una verdadera reforma de Estado son un buen capitulado para empezar a dialogar a nivel nacional y en las entidades federativas. Habrá que definir los índices de cada uno de estos tres capítulos, apunta González Parás.

Enseguida resalta que en los estados urgen recursos para inyectar dinamismo a una economía local que está decayendo. Se requieren acciones efectivas para evitar el deterioro social y acotar los riesgos de la inconformidad masiva, la confrontación y la violencia social.

Las entidades requieren también de una reforma de Estado que incluya la reforma de la administración para ser más eficaces en el combate al crimen organizado, en la reactivación económica y en la competitividad.

Finalmente, el gobernador acude a las parábolas para ubicar su planteamiento: Independientemente de algunos cambios en la gobernabilidad, que son elocuentes en cuanto al sentido del electorado, lo que está de por medio es el cambio de ruta y la necesidad de que quien gobierna la nave, con la representación de todos, reciba la señal de que hay que cambiar el plan de viaje, los equipos y también la actitud de vinculación y de acuerdos que generen unidad con el resto de la tripulación que tributa a otras ideologías políticas.

Cuando en la ruta aparecen tormentas hay que dar golpes de timón y quien conduce la nave debe guiarse más por el sentido común, por acuerdos efectivos con una tripulación plural, que por encuestas de popularidad o por el deseo de algunos de ir por rutas que en el corto plazo pueden ser más placenteras, pero que llevarían al centro del huracán.