Hay que darle chance de que esté nervioso, pidió el presidente del Cruz Azul, Guillermo Álvarez Cuevas, quien así respaldó al seleccionador Javier Aguirre; sin embargo, mostró preocupación por el mal paso del equipo, criticó sus convocatorias y sugirió que se solicite hasta cinco o seis elementos de un equipo que esté funcionando bien.

Justo cuando varias voces cuestionan los llamados al Tri de jugadores como los defensas Ismael Rodríguez y José Antonio Castro, los cuales se atribuyen al auxiliar Mario Carrillo, Álvarez indicó:

La preocupación hacia el 12 de agosto a estas alturas es innegable, sobre todo por el accionar, porque no hay un esquema que esté dominado, y añadió que el cuerpo técnico no está seleccionando a jugadores que pasen por su mejor momento, y por ello es notoria la falta de identidad.

Sugirió que si un equipo pasa por buen momento, cinco o seis de sus elementos podrían ser convocados, sería algo que apoyaríamos (los dueños y presidentes de clubes), como ha pasado antes con Cruz Azul, Chivas, Pumas, Necaxa y Toluca.

Respecto al incidente de Aguirre contra un jugador panameño, el directivo consideró que es una muestra de desesperación; si no, al menos refleja mucho de su estado anímico, pero dijo que se ha hecho mucho ruido, no es el primero que tiene una bronca o roce con algún rival: en el pasado ocurrió en la Copa Libertadores y con Carlos Miloc, entre otros.

No hay que justificar lo que hizo. Creo que no quiso lesionar al jugador, fue un accidente, pero estuvo mal hecho y habrá un castigo. Asimismo, opinó que tal vez en Concacaf una selección de primera A dé mucho, no quisiera decir, más garra, entrega, pero se nos dificultan mucho los morenitos piernas largas.

Álvarez, quien acudió ayer a La Noria para ver la goleada de los Cementeros 8-0 sobre Pumas Morelos, consideró que la simpatía y la camaradería que Aguirre intentó establecer con los medios de comunicación en la presentación de su segunda etapa como entrenador nacional se han agotado ya, pues la presión y la crítica hacia su trabajo comienzan a ser más persistentes.

Todo lo que representó en su momento la presentación de Javier Aguirre se ha ido perdiendo. La magia se va, incluso ustedes que festejaron sus groserías simpáticas, su lenguaje coloquial, de barrio, accesible... y hoy, pues hay que darle chance de que esté nervioso. Pero a pesar de todo, todos estamos con Javier y con la selección de todos, finalizó.