Poesía, cuento, novela y una obra de teatro prácticamente desconocida. Géneros todos que se reunieron y pasaron de las páginas a la voz para rendir homenaje a José Emilio Pacheco al cumplirse exactamente 70 años de su nacimiento.

Dos actos cumpleañeros: por la mañana la lectura de sus obras en la biblioteca del Centro Nacional de las Artes (CNA), por la tarde en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes. Cumpliose así aquello que una vez José Emilio escribió: mi ambición es ser leído y no célebre.

A las 12 horas comenzó la lectura en el CNA, a cargo de trabajadores de ese centro. Se mezclaron entonces el cuento y la poesía, la novela y los paisajes. Pero antes se ofreció una disculpa del homenajeado: esta vez no asistiría y los organizadores anunciaron que se daría lectura a su única obra de teatro, El pasado lo guardan las arañas, con estudiantes de la Escuela Nacional de Teatro (ENT).

Del cuento al teatro

José Emilio no quería que se leyera, dijo Jaime Márquez, director general adjunto académico del CNA, pues considera que, más que una obra de juventud, es de adolescentes. Ya ni se acordaba de que existía, pero desempolvamos documentos y ahí la encontramos, añadió el funcionario.

Abre la sesión el cuento Tenga para que se entretenga y tenga para que se lo prenda, El parque hondo, la cautiva y El viento distante, El principio del placer, Poema sobre las olas, varias partes de Letras mexicanas, La zarpa, Los trabajos del mar, El pasado lo guardan las arañas, Morirás lejos, El silencio de la Luna, No me preguntes cómo pasa el tiempo, Tarde o temprano, Las batallas en el desierto, Ciudad de la Memoria, y Siglo pasado.

El principio del placer sonó a radionovela: se leía un capítulo, después otra obra, de nuevo otro capítulo de la historia de Jorge y Ana Luisa, un poema, dos poemas, tres poemas, y de nuevo otro capítulo del amor adolescente prohibido.

Y entonces llegó la obra de teatro El pasado lo guardan las arañas,pieza en un acto. La acción en un puerto pequeño del sureste de México, una tarde de agosto. Época actual 1957. (José Emilio tenía 18 años y la obra se publicó en 1960, en la revista América).

Para la lectura dramatizada los estudiantes de la ENT hubo un tropiezo: recibieron la obra, pero les faltaba la página dos. Después de buscarla por todos lados, JEP se comunicó con ellos para pedirles algo: que no la leyeran.

Sin embargo, lograron convencerlo y, mejor aún, después de decirle que les faltaba una página, JEP les pidió que le enviaran el texto y lo regresó con algunas anotaciones y la página faltante.

Por la tarde, el editor Marcelo Uribe leyó, en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, un texto enviado por JEP, quien se disculpó de nuevo por no poder asistir a la lectura, ahora de Las batallas en el desierto, obra que ha sido traducida a varios idiomas.

Todas las muestras de afecto recibidas en los días recientes lo han dejado en un estado físico tan lamentable que me impide salir a la calle y reunirme con ustedes. Además, dijo el poeta en ese texto, esa novela ya no le pertenece... desde hace mucho tiempo es de los lectores.