Por lo general ofrecen una supervivencia relativamente corta, señalan expertos
Costaría 440 mil millones de dólares prolongar algunas semanas la vida de 550 mil estadunidenses que mueren de cáncer cada año, estiman luego de examinar varios tratamientos
Martes 30 de junio de 2009, p. 2
Washington, 29 de junio. Dos oncólogos de los Institutos Nacionales de Salud (NIH, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos se preguntaron, en un artículo publicado este lunes, sobre la utilidad de administrar a pacientes en fase terminal terapias anticancerígenas costosas, que apenas prolongan la esperanza de vida.
La decisión de recurrir a tratamientos anticancerígenos costosos, que generalmente ofrecen una supervivencia relativamente corta, presenta un serio dilema ético en Estados Unidos que deberán enfrentar los oncólogos
, escriben estos dos médicos en la versión en línea del Journal del Instituto Nacional de Cáncer.
Los médicos se preguntan si 1.7 meses de supervivencia para los pacientes afectados de un cáncer colorrectal tratados con el anticancerígeno cetuximab representan ganancia, cualquiera que sea el costo y los efectos secundarios
.
El cetuximab (Erbitux), comercializado por el laboratorio estadunidense Merck, se prescribe también para tratar los cánceres avanzados del pulmón.
Según Tito Fojo, del Instituto Nacional del Cáncer (NCI, por sus siglas en inglés), y Christine Grady, de los NIH, autores del editorial, un tratamiento de 18 semanas de cetuximab para un cáncer de pulmón cuesta en promedio 80 mil dólares, por 1.2 meses por término medio de sobrevida.
Esto equivale a gastar 800 mil dólares para prolongar la vida de un paciente al año. A este ritmo, costaría 440 mil millones de dólares en ese mismo periodo, o sea 100 veces el presupuesto anual del NCI, prolongar algunas semanas la vida de 550 mil estadunidenses que mueren de cáncer anualmente, calcularon estos oncólogos, que examinaron varios tratamientos anticancerígenos.
Estos especialistas proponen realizar estudios para determinar tratamientos que permiten una supervivencia de dos meses o menos y que cuestan menos de 20 mil dólares por paciente.
La vida no tiene precio, pero la explosión de los costos de los tratamientos anticancerígenos vuelve este dilema inevitable
, destacaron los dos médicos, que consideran que la situación actual no puede continuar
.
No podemos ignorar los costos acumulados de las pruebas y tratamientos que recomendamos y prescribimos
, añaden.
Este artículo se publica en momentos en que el presidente Barack Obama despliega todos sus esfuerzos por obtener una reforma del costoso sistema de cobertura médica estadunidense, en un país donde más de 45 millones de personas no tienen seguro médico.
Confusión de síntomas en GB
Entre médicos y mujeres de Gran Bretaña existe confusión sobre los síntomas del cáncer de ovarios, según un estudio que difundió hoy la organización Target Ovarian Cancer.
La organización entrevistó a 400 médicos generales y 80 por ciento pensaban que en las primeras fases las mujeres no muestran síntomas de esos tumores.
Sólo cuatro por ciento de las mil mujeres encuestadas dijeron que eran capaces de reconocer los síntomas del cáncer de ovarios.
Esta investigación sobre el diagnóstico, cuidado y tratamiento de pacientes con cáncer de ovario da información sobre lo que podemos hacer para salvar a algunas de las mujeres que mueren cada día por causa de esa patología
, indicó Anwen Jones, presidenta ejecutiva de Target Ovarian Cancer.
El estudio también mostró que 75 por ciento de los médicos no conocen las guías de salud que explican los síntomas característicos del cáncer de ovario.
El organismo pidió a los facultativos que seleccionaran de una lista los posibles síntomas de la enfermedad, y 51 por ciento acertaron con el aumento del tamaño del abdomen como el más importante.
Sin embargo, menos de 2 por ciento identificaron como signo la dificultad para comer, y alrededor de 60 por ciento dijeron que no sabían que un historial de ese tipo de cáncer en la familia paterna aumentaba el riesgo de padecer esos tumores.
Muchas veces los médicos confunden los síntomas de la enfermedad con el síndrome de intestino irritable (SII) y piden a las pacientes someterse a pruebas gástricas. Pero desconocen que el SII constituye uno de los signos más persistentes de la enfermedad.