El olor a pintura envuelve a los 22 niños que son cuidados en una estancia de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedeso) en el Pedregal de Santo Domingo. Sin un patio donde jugar, los menores permanecen durante la mayor parte del día en tan sólo dos cuartos, mientras a las puertas de la casa adaptada hay un taller de carros. Esta es la principal oferta del cuidado de menores de parte del gobierno federal, a la cual prevé incorporar en total 500 mil infantes al final del sexenio.

Otras dos alternativas son las guarderías ordinarias del IMSS, con instalaciones construidas ex profeso para ese fin, y las subrogadas, en su mayoría casas acondicionadas en todos sus espacios para el cuidado de los menores. En las mil 568 instalaciones de este tipo se atiende a 228 mil niños, mientras que hasta ahora en el programa de estancias infantiles para apoyar a madres trabajadoras de la Sedeso hay registrados 221 mil menores de cuatro años en 8 mil 315 estancias.

Las estancias de la Sedeso, muchas de ellas localizadas en colonias pobres, ofrecen el servicio de cuidado y atención a hijos de madres con ingresos de menos de seis salarios mínimos, en condiciones limitadas. En cuanto a seguridad, carecen de un plan de protección civil, el cual sí se les exige a las estancias del IMSS, tanto subrogadas como ordinarias. De las 621 estancias de la Sedeso que hay en el Distrito Federal, en el Pedregal de Santo Domingo –colonia con familias de escasos recursos económicos– hay varias casas que ofrecen el servicio. Se trata de viviendas precarias con algunas adaptaciones para recibir a los niños.

Entre las calles estrechas y empinadas se destacan enormes mantas que cuelgan en las fachadas con el nombre de las estancias, los logotipos de la Sedeso y de la estrategia gubernamental Vivir Mejor.

Una de ellas tiene a sus puertas un taller callejero de pintura de carros, razón por la que los niños no salen al patio a jugar; cuenta con el mobiliario elemental –sillas, mesas y colchonetas– para el cuidado de los menores, quienes permanecen al menos ocho horas en un espacio restringido y sin áreas al aire libre.

Aun en estas condiciones, la estancia cumple con las reglas de operación de la Sedeso, las cuales establecen esos requisitos mínimos, y eluden toda la normatividad existente en la materia.

Una situación totalmente distinta ocurre en guarderías subrogadas del IMSS, las cuales deben acatar diversas normas, procedimientos e instructivos para su operación, así como contar con un programa de protección civil que, antes de ser autorizado por la delegación política o el municipio, debió pasar por procesos de evaluación.

Guardería subrogada del IMSSFoto María Meléndrez Parada

María Luisa Gárate, responsable de la guardería Unidos para crecer, mostró la documentación que requiere una instalación de este tipo para operar. Desde la solicitud de autorización del programa interno de protección civil, las rutas de evacuación, brigadas que son formadas por las maestras, salidas de emergencia, constancias de recarga de extintores, desazolve, área de enfermería, hasta el plano arquitectónico.

Explicó que debido a la ubicación de la casa donde opera la guardería, en una zona habitacional, está catalogada con un riesgo bajo. Aseguró que no hay un esquema de guarderías más supervisado que el del IMSS. Actualmente hay mil 426 guarderías de este tipo en el país.

En un recorrido por las instalaciones –que albergan a 115 niños–, que cuentan con diversas áreas para el descanso, cuidado y juego, se observaron los extintores en cada uno de los pisos, las puertas de protección, los señalamientos de las salidas de emergencia, detectores de humo, silbatos y campanas de alarma. Con todo ello debe contar cada una de las guarderías, por lo cual a Gárate le sorprendió lo ocurrido en Hermosillo: La responsabilidad de tener una guardería es incalculable, indicó.

Quedan tan sólo 142 guarderías ordinarias del Seguro Social que tienen los espacios y el equipamiento necesario de guardia y custodia para los niños, ya que en su mayoría fueron construidas para ese fin, a diferencia de las subrogadas, que son casas acondicionadas. En cada una de ellas se reciben diariamente alrededor de 200 niños. La edificación es alrededor de un enorme espacio abierto, lo cual permite que durante el día la iluminación de todas las áreas sea natural y también favorece una ventilación permanente.

La guardería 44, en Neza, dispone de diversas habitaciones con amplios espacios que evitan el hacinamiento; tiene un gran patio para juegos y, generalmente, los infantes más grandes están en la planta baja, para evitar accidentes al subir o bajar escaleras, mientras que los lactantes se ubican en los pisos altos. Las últimas guarderías ordinarias que se abrieron, como la 48, que es para hijos de periodistas, se encuentran en casas adaptadas, y en este caso al lado de un almacén de productos para empresas constructoras.