Las investigaciones del premio Nobel permitieron crear el Viagra
Lunes 25 de mayo de 2009, p. 49
Washington, 24 mayo. Robert Furchgott, científico estadunidense y premio Nobel de Medicina, cuya investigación sobre los efectos de un gas en la dilatación de los vasos sanguíneos abrió la vía para los fármacos para la impotencia, como el Viagra, murió a los 92 años, informó la prensa este domingo.
El farmacólogo falleció el martes en Seattle (Washington, noroeste de Estados Unidos), aseveró su hija al diario New York Times.
La investigación encabezada por Furchgott y sus colegas Louis Ignarro y Ferid Murad mostró que el óxido nítrico –conocido principalmente como un gas contaminante, proveniente de cigarrillos y motores de coches– juega un papel vital en el sistema cardiovascular humano y en la regulación de la presión y la circulación sanguíneas.
La Academia Sueca otorgó a los tres investigadores el Nobel de Medicina en 1998, señalando que los científicos probaron por vez primera los importantes efectos de un gas en las funciones bioquímicas del cuerpo humano.
El descubrimiento del efecto del óxido nítrico, gas incoloro e inodoro, en la relajación de los vasos sanguíneos fue clave para que el laboratorio de la farmacéutica Pfizer desarrollara el sildenafil para tratar la disfunción eréctil, que salió al mercado con el nombre de Viagra.
La pastilla azul fue aprobada por las autoridades sanitarias estadunidenses (FDA, por sus siglas en inglés) en 1998 como tratamiento para la disfunción eréctil y se volvió sumamente popular: 35 millones de hombres en el mundo toman ese medicamento.
Robert Furchgott nació en Charleston, Carolina del Sur (este), el 4 de junio de 1916, y desde joven se apasionó por las ciencias naturales.
Se tituló de químico en una universidad de Carolina del Norte y obtuvo un doctorado por la Northwestern University en 1940.
Trabajó varios años en la Universidad Estatal de Nueva York y continuó investigando y practicando la docencia hasta sus 80 años, a pesar de que ya estaba parcialmente retirado.
En 1978 descubrió accidentalmente un elemento en las células endoteliales (que recubren el interior de los vasos) que relaja los vasos sanguíneos y lo describió como factor derivado del endotelio. Ocho años después descubrió que era óxido nítrico.