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Decomisan a los rebeldes más de 92 mil kilos de narcóticos en la provincia de Helmand

Tropas de Afganistán y Estados Unidos matan a unos 60 militantes talibanes

Denuncian en la Cámara baja que 37 civiles perecieron y 25 resultaron heridos durante los combates

Fallece otro soldado británico en la nación ocupada; suman ya 160 los militares caídos desde 2001

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Una familia afgana se orilla para permitir el paso de un convoy militar cerca del pueblo de Haiji Bedollah, en la provincia de KandaharFoto Reuters
 
Periódico La Jornada
Domingo 24 de mayo de 2009, p. 24

Kabul, 23 de mayo. Las fuerzas afganas y estadunidenses mataron a unos 60 militantes talibanes, casi la mitad en asaltos aéreos, y decomisaron más de 92 mil kilogramos de drogas en una operación que duró cuatro días en la sureña provincia de Helmand, informó este sábado el ejército de Estados Unidos.

El operativo contrainsurgente comenzó el pasado martes en la ciudad de Marjeh, concretamente en el mercado de Loy Cherah, situado en el distrito de Nad Ali, en la provincia de Helmand.

Según el ejército de Estados Unidos, el mercado funcionaba como una planta procesadora de narcóticos y constituía, además, un bastión miliciano en el sur de la nación asiática.

En la redada, las tropas invasoras y afganas incautaron un total de 92 mil 271 kilogramos de narcóticos, de los cuales 75 mil corresponden a semillas de amapola –de la que se obtienen distintas drogas–, y el resto a morfina, heroína, opio y hachís.

La zona fue acordonada y los militares ordenaron la noche del viernes un bombardeo para destruir tanto las drogas como distintas piezas de armamento que fueron descubiertas en la operación, además de varios edificios que fueron utilizados por los rebeldes para coordinar sus ataques.

Un comunicado del ejército estadunidense, informó que las tropas de ambos países también descubrieron en el mercado unos 44 mil kilogramos de sustancias empleadas para el procesamiento de heroína, una gran cantidad de materiales para la fabricación de bombas –entre ellos unos 27 mil kilogramos de nitrato de amonio– y cinturones con municiones y morteros, entre otros.

Las tropas (estadunidenses y afganas) continuaron encontrando armas y confirmaron que Marjeh ha sido el centro de múltiples tipos de actividad de los insurgentes y los criminales, indicó el documento del ejército invasor.

Los civiles fueron removidos del mercado durante la operación y una nave no tripulada ahora se encuentra observando la escena para detectar intentos de militantes y criminales de cambiar las condiciones y denunciar falsamente muertes de civiles, agregó el comunicado castrense.

Por su parte, Greg Julian, vocero de las fuerzas de ocupación en Afganistán, declaró que la operación que duró cuatro días golpeó drásticamente uno de los feudos clave para los narcóticos y las operaciones de los insurgentes en el sur de Afganistán.

Al menos 29 de los militantes murieron en asaltos aéreos contra edificios utilizados para procesar droga y planificar actividades estratégicas, como asaltos contra las tropas extranjeras, dijo el ejército estadunidense, que no dio más información sobre cómo fallecieron los otros insurgentes.

Durante los últimos días, las tropas habían llevado a cabo varias ofensivas aéreas de precisión, sin que, de acuerdo con la comandancia militar, ninguna de ellas causara la muerte de civiles.

Pero un miembro de la Cámara baja afgana, Wali Jan, aseguró que 37 civiles perecieron y más de 25 resultaron heridos durante los combates, mientras un diputado regional denunció que mil 500 familias huyeron de la zona.

Las muerte de civiles en ataques aéreos de las tropas de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y de Estados Unidos han provocado una enorme irritación de los afganos contra los 80 mil soldados extranjeros desplegados en la nación asiática para luchar contra los militantes.

El talibán se ha fortalecido en los últimos meses, particularmente en el sur y el este de Afganistán, y la violencia se encuentra ahora en su mayor nivel desde que los rebeldes, que gobernaban el país, fueron derrocados al amparo de la invasión del ejército de Estados Unidos, en noviembre de 2001, en respuesta al apoyo afgano brindado a Osama Bin Laden y su red Al Qaeda, tras los ataques contra Washington y Nueva York, el 11 de septiembre de ese año.

Los comandantes estadunidenses han enviado cientos de tropas de refuerzo a Afganistán, en lo que Washington considera como su gran oportunidad del año en una guerra que ve como su mayor prioridad en temas de seguridad.

Por otro lado, un soldado de Gran Bretaña de la Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad (ISAF) murió ayer en un ataque en el sur de Afganistán, indicaron este sábado la OTAN y el Ministerio de Defensa británico.

En Londres, el Ministerio de Defensa señaló en un comunicado que el soldado muerto pertenecía al segundo batallón del Regimiento Real de Infantería. Según esa fuente, el militar falleció tras ser alcanzado por un disparo cuando patrullaba cerca de Sangin, en la sureña provincia de Helmand.

Con este deceso ascienden a 160 los soldados británicos caídos en Afganistán desde fines de 2001.

Asimismo, la ISAF informó de la muerte de un segundo soldado durante un aterrizaje de emergencia del helicóptero en que volaba el viernes anterior en la sureña provincia de Uruzgán.

La organización dijo que el aterrizaje de emergencia no fue forzado por una acción insurgente. Hasta el momento se desconoce la nacionalidad del fallecido.

El balance de soldados de la ISAF muertos desde principios de año asciende a 107, según el sitio de Internet icasualties.org.