Nazaret, 14 de mayo. El papa Benedicto XVI celebró hoy en el Monte del Precipicio, en Nazaret, la misa más grande de su gira por Medio Oriente, en la que exhortó a cristianos e islámicos de la ciudad a superar las tensiones e invitó a edificar puentes, hallar una pacífica coexistencia. Que cada uno rechace el poder destructivo del odio y el prejuicio, que matan el alma humana más que al cuerpo.

Ante unas 50 mil personas provenientes de varias ciudades de Israel, Europa y Estados Unidos, el Papa pidió a las personas de buena voluntad de las dos comunidades reparar los daños causados y trabajar para edificar puentes y encontrar la manera de llegar a una pacífica coexistencia, agregó Josep Ratzinger.

Las tensiones entre ambas comunidades comenzaron a principios de esta década por una plaza construida para la visita del papa Juan Pablo II y la edificación de un mezquita no autorizada junto a la Iglesia de la Anunciación, que fue derribada por Israel.

Durante la homilía, el Papa alemán también pidió defender la dignidad de la familia como elemento clave para lo que llamó el elemento más importante de la sociedad bien ordenada y abierta.

Benedicto XVI dijo que muchos tienen que aprender de nuevo que la familia, según el plan de Dios, se basa en la fidelidad de por vida entre el hombre y la mujer en un matrimonio sagrado.

Antes de partir de Nazaret, Benedicto XVI conversó con el primer ministro de Israel sobre el proceso de paz y cómo hacerlo avanzar, pero Benjamín Netanyahu le pidió que, como figura moral, haga escuchar su voz y emita una clara condena a los comentarios antisraelíes de Irán.

Más tarde, Netanyahu –que el 18 de mayo se entrevistará en Estados Unidos con el presidente Barak Obama– viajó a Jordania, donde el rey Abdullah le pidió que proclame su compromiso con la solución de dos estados, que acepte el plan de paz árabe y que adopte medidas concretas para avanzar en la solución del conflicto palestino-israelí.