Concluyó el puente forzoso para millones de personas en el país y, desde este martes, personal de oficinas gubernamentales, juzgados, tribunales, iglesias, recintos legislativos y restaurantes ponía en práctica medidas sanitarias para el regreso a las actividades.

Casi dos semanas después de aquel anuncio, la noche del jueves 23 de abril, respecto de la alerta sanitaria por el brote de influenza, y una semana tras el cierre parcial de actividades en todo el país, empleados federales se incorporarán de lleno a sus labores, pero bajo recomendaciones inéditas para oficinistas, como evitar el uso de corbata, a la que se ha ubicado en el rango de receptora y transmisora de microorganismos.

Las dependencias públicas estuvieron este martes prácticamente cerradas, sólo había guardias en áreas prioritarias, las cuales –a diferencia de días de asueto o puentes normales– se retiraron cerca de las dos de la tarde.

En el Instituto Federal de Acceso a la Información Pública habrá actividades, luego de una semana de interrupción, aunque será el jueves cuando se restablezca la sesión pública.

En los juzgados y tribunales federales se dejaron de emitir, durante la contingencia, unas 900 sentencias de primera instancia y mil 500 resoluciones interlocutorias.

Los juicios más afectados en este periodo de parcial inactividad fueron los de materias civil, mercantil, administrativa y laboral. Sin embargo, se prevé que la mayoría de las audiencias canceladas la semana pasada se celebren a partir de hoy y hasta el próximo viernes, por lo que funcionarios judiciales trabajarán horas extras esta semana.

Entre las medidas a tomar en dependencias de los tres poderes de la Unión se incluye la asistencia particular para atender a quien lo requiera por la posible presencia de síntomas de enfermedades respiratorias.

Personal de seguridad exigirá a los visitantes y empleados del Poder Judicial el uso de cubrebocas; los baños fueron desinfectados y deberán contar con jabón líquido antibacterial.

Este miércoles, en la sesión de la Comisión Permanente, continuarán las medidas sanitarias: cordones de seguridad y debates a puerta cerrada. Ello, aunque se prevé que la sesión sea de trámite, sólo con posturas relativas a temas económicos y de la alerta sanitaria.

En tanto, el vocero de la arquidiócesis de México, Hugo Valdemar, dijo que este sector ha puesto un enorme grano de arena para informar a la población acerca de las medidas preventivas ante el eventual contagio de influenza humana. No obstante, debido a la cancelación de actividades en las parroquias, se suspendieron casi mil servicios religiosos.

Una de las instituciones que más credibilidad tienen es la Iglesia, pese a todo lo que nos ha pasado y lo que nos han golpeado, en parte por nuestra culpa, por errores; por eso, al vernos cerrar templos y tomar medidas, la gente piensa que es serio, que no es engaño la influenza, dijo el vocero.

Aseveró que han tomado medidas de rigurosa limpieza en bancas y presbiterios, aunque aclaró que la Iglesia no tiene capacidad para establecer filtros de seguridad para quienes ingresen a los templos a escuchar misa.