Suspende Moscú participación en maniobras militares con OTAN
Miércoles 6 de mayo de 2009, p. 26
Moscú, 5 de mayo. Nueve meses después de la guerra que libraron en la separatista Osetia del Sur, la confrontación vuelve a ensombrecer el frágil equilibrio de paz entre Rusia y Georgia en la víspera de que el país caucasiano acoja en su territorio magnas maniobras de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), impugnadas por su eslavo vecino del norte como acto hostil, mientras Tbilisi acusó hoy a Moscú de instigar un fallido golpe de Estado contra el gobierno de Mijail Saakashvili.
Rusia rechazó desde un principio los ejercicios militares que, a partir de este miércoles y hasta junio, llevarán a cabo mil 300 soldados de 19 países de la OTAN en Georgia, por considerar que incrementan la tensión en el Cáucaso
.
Formalmente invitada por la alianza noratlántica, Rusia se negó a participar en Cooperative Longbow 09/Cooperative Lancer 09 –simulacro de misión humanitaria bajo mandato de Naciones Unidas y otro de defensa contra un ataque terrorista–, con el argumento de que esas maniobras son una suerte de espaldarazo a (Mijail) Saakashvili
, el presidente que desató la guerra de agosto pasado.
Georgia, por su parte, cuestionó que el Kremlin haya decidido reforzar su presencia militar en Osetia del Sur y Abjazia, a los que Rusia reconoció como países independientes, y responsabilizó a los servicios secretos rusos de estar detrás de la sublevación militar que hoy fue sofocada en Tbilisi.
La versión de los hechos, difundida por voceros rusos y georgianos, como es de suponer, difiere por completo.
Para Rusia, los integrantes de un batallón de blindados –varios centenares de soldados y oficiales, bajo el mando de Mamuka Gorguishvili– se amotinaron en la base de Mujrovani, a 30 kilómetros al este de Tbilisi, para que el gobierno de Saakashvili entablara negociaciones con la oposición para evitar la parálisis del país
.
Desde un principio, los sublevados –insiste Moscú– declararon no tener intención de recurrir a la violencia para hacerse escuchar, aunque no ocultaron que su principal objetivo era abortar las maniobras de la OTAN.
Georgia, en cambio, señala que la sublevación era eslabón de un fallido golpe de Estado, el cual –supuestamente– preveía el asesinato de Saakashvili y la ocupación del país por 5 mil soldados rusos apostados en las fronteras con Osetia del Sur y Abjazia.
La cancillería rusa no tardó en calificar estas acusaciones de absurdas
, al tiempo que una de las líderes de la oposición georgiana, Ninó Burdzhanadze, ex presidenta del Parlamento, negó que hubiera mano de Moscú
en el motín.
Eroshi Kitsmarishvili, ex embajador de Georgia en Rusia, adelantó la hipótesis de que una protesta de militares inconformes, significativa pero incruenta, fue convertida en golpe de Estado con injerencia foránea
para desacreditar a la oposición, que se manifiesta en Tbilisi desde el 9 de abril para pedir la renuncia de Saakashvili y elecciones anticipadas.