La arquidiócesis de Jalapa lamentó que antes de probarse la eventual culpabilidad del párroco Rafael Muñiz López, a quien se vincula con una red de distribuidores de pornografía infantil por Internet, se le esté sometiendo al escarnio público, pero sentenció que, de comprobarse su responsabilidad, el clérigo deberá asumir las consecuencias, porque la Iglesia no encubre a ningún delincuente.

Añadió también que la Iglesia católica tiene el deber de investigar y sancionar canónicamente a aquellos malos sacerdotes que con sus actos denigran su propio ministerio, infligen un grave e irreparable daño a sus víctimas y escandalizan a la institución.

En entrevista, José Sánchez Jácome, director de la oficina de comunicación de dicha arquidiócesis, precisó que los sacerdotes son ante la ley como cualquier otro ciudadano, no gozan ni deben gozar de ningún fuero o privilegio y, si violan la ley, las autoridades deben aplicar sin miramientos las penas punitivas correspondientes.

Apuntó también que la arquidiócesis en ningún momento ha obstruido el curso de las investigaciones. Agregó que amistades y feligreses del sacerdote se encuentran en oración para que se solucione este problema conforme a derecho. Asimismo, hizo un llamado, de la manera más respetuosa, a los medios de comunicación a conducirse con prudencia y respeto ante las investigaciones en curso, sin olvidar las garantías individuales de nuestra Carta Magna.

Comentó que algunas voces en los medios acusan al párroco de algo que todavía no está probado, y atendiendo al principio de derecho nadie es culpable hasta que se demuestre su responsabilidad. Sánchez Jácome precisó que la arquidiócesis manifiesta su completo y total rechazo a cualquier actividad ilícita que destruya la vida de las familias, la dignidad y la inocencia, espe- cialmente de los niños, porque es deber de la Iglesia velar por los más pequeños y vulnerables, de manera particular por los niños.

Tras señalar que hasta el momento no se ha encontrado algún elemento que lo inculpe, Sánchez Jácome admitió que los hechos conocidos de pederastia en el clero indudablemente dañan la imagen de los sacerdotes.

Sobre lo dicho por el secretario general de la Conferencia del Episcopado Mexicano, Leopoldo González, acerca de la humanidad de los sacerdotes en relación a casos de pederastia, la Confraternidad Nacional de Iglesias Cristianas Evangélicas, sostuvo que es una excusa vergonzosa para justificar dichos delitos.