Sociedad y Justicia
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Eugenia León y Lila Donws, entre los participantes en el Teatro de la Ciudad

Amigos y GDF rinden homenaje a Chavela Vargas, quien da voz al dolor y al gozo

En el escenario, Monsiváis cuenta anécdotas de la leyenda negra que se ha ido blanqueando

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El escritor Carlos Monsiváis y el jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard, durante el homenaje a Chavela Vargas en el Teatro de la CiudadFoto José Carlo González
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Entre canciones e historias, sus amigos celebran los 90 años de la intérpreteFoto José Carlo González
 
Periódico La Jornada
Miércoles 22 de abril de 2009, p. 45

“Para los males del cuerpo, tenemos los doctores… para los males del corazón y del alma, tenemos a Chavela Vargas”, dijo Lila Downs antes de interpretar Paloma Negra y mostrar porqué la misma Chavela la considera su sucesora.

Al finalizar la canción, Downs se acercó a la homenajeada, quien iba en silla de ruedas, se agachó, tomó su mano y la besó.

La formalidad que potencialmente podría haber tenido la ceremonia organizada por el Gobierno del Distrito Federal (GDF) –y que a momentos tuvo– fue rescatada por los artistas, todos ellos endeudados, como expresó Eugenia León, con la intérprete que ha dado voz al dolor y al gozo, es decir, a la vida misma.

En el Teatro de la Ciudad, lleno a tope, Chavela, de lentes oscuros, estaba ahí como una diosa, una reina –como la llamó Miguel Bosé en un mensaje enviado por video–, viendo cómo los artistas subian al escenario para decirle, cada uno a su manera, lo que ha significado en sus vidas.

Ahí estaban Astrid Hadad, La Negra Chagras, Julieta Venegas, Fernando del Castillo, Mario Ávila y Alaska, además de Eugenia León y Lila Downs.

Jimena Giménez Cacho interpretó una pieza compuesta por Marcela Rodríguez, inspirada en La Paloma, la cual se estrenó esta noche.

En el escenario, su amigo escritor Carlos Monsiváis, sentado en un sillón a su lado, contaba anécdotas sobre los ayeres de la ciudad de México, sobre los amigos de Chavela, como José Alfredo Jiménez. De ella, contó que la primera vez que la vio fue en el velorio de Frida Kahlo. Y dijo que su leyenda negra, que el tiempo ha ido blanqueando, a tal nivel que pronto será un ser angelical.

Curiosamente, la presentadora, la actriz Patricia Reyes Espíndola, lo confirmó al decir que Chavela fue una vieja borracha (palabras de la propia cantante), para ahora volverse una divina briaga.

Entre canciones y plática, sobre la pantalla de fondo pasaban imágenes de la ciudad de México de hace décadas, de Chavela contando recuerdos, de gente que la conoce, como Paloma, viuda de José Alfredo Jiménez, Blanche Petrich y Carmen Aristegui, y de sus amigos artistas enviando saludos: Pedro Almodóvar, Joaquín Sabina, Concha Buika, Miguel Bosé y Martirio, entre muchos otros.

Al inicio del festejo, el jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard, acompañado por la titular de la Secretaría de Cultura del Distrito Federal, Elena Cepeda, entregó a la intérprete la medalla de ciudadana distinguida.

Los organizadores anunciaron que arrancó el sitio electrónico: www.chavelavargas.org.

La noche culminó con todos los artistas, los amigos de Chavela, a su alrededor, entonando Las Mañanitas con motivo de sus 90 años, y ella, finalmente, también cantando.

Chavela, al final, cantó a susurros, Volver. Y esos susurros fueron suficientes para inundar el teatro entero.