Cerca de 3 millones de niñas y niños mexicanos son víctimas de explotación laboral y sexual, afirmó el presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), José Luis Soberanes, quien destacó que cientos de miles menores de edad, solos o con sus padres, se trasladan a los estados del norte del país para trabajar como jornaleros agrícolas en condiciones que ponen en riesgo su vida.

El ombudsman dijo que cada año cerca de 50 mil niñas y niños emigran o intentan llegar a Estados Unidos en busca de reunirse con su familia o de trabajo; de ellos, la mitad lo hacen sin compañía, por lo que corren severos peligros al tratar de internarse a ese país o al ser devueltos a México. Riesgos que también enfrentan menores de edad de otros países, en su mayoría centroamericanos, que en grupo o solos entran a México con la intención de llegar a Estados Unidos, expresó.

Asimismo, estos menores corren el riesgo adicional de ser engañados y reclutados por tratantes de personas que los someten a explotación laboral o sexual, afirmó Soberanes, quien con el director del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Héctor Fix Fierro, participó en la inauguración del foro Niñez Trabajadora en México, que tuvo lugar ayer en esa casa de estudios.

Soberanes afirmó que la pobreza, la desintegración familiar y el maltrato son las principales causas que exponen a los niños mexicanos a ser víctimas de explotación laboral y sexual, y agregó que aun cuando se han logrado avances en las legislaciones nacional e internacional para proteger a la infancia, existe una fractura profunda entre el deber ser y la realidad, la cual sólo puede y debe ser resanada mediante políticas públicas integrales, expresó.

Hacer notar el trabajo infantil

Hay que hacer más visible el trabajo de los millones de niñas y niños en México que se ven en la necesidad o en la obligación de trabajar; en muchos casos, en condiciones que serían incluso inaceptables para los adultos, como en actividades de alto riesgo, en circunstancias de explotación y al margen de cualquier consideración especial hacia su condición, dijo.

A su vez, los representantes del Unicef en el país, Susana Sottoli, y de la Organización Internacional del Trabajo para México y Cuba, Germán López Morales, ofrecieron datos sobre el trabajo infantil en América Latina y coincidieron en que esto se ha convertido en un problema social de importantes proporciones.

Asimismo, Soberanes Fernández expresó: el Estado mexicano tiene una inmensa y muy específica deuda con la niñez trabajadora, y debe responder con acciones más radicales, ya que ante la crisis económica, los menores trabajadores, especialmente en los estados del sur, están mayormente expuestos a caer en manos de traficantes de personas, especialmente los que se dedican a la explotación sexual y pornografía infantil.

El ombudsman también demandó una vigilancia más efectiva de la autoridad hacia los niños, en particular para los jornaleros agrícolas, quienes están en situación de máxima vulnerabilidad, y citó a David Salgado, Marcial Solano, Mario Félix y Estrella Santos, menores que murieron en campos agrícolas por falta de protección.