La Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra) subrayó la necesidad de tomar en cuenta la participación de las empresas del país con las mismas oportunidades que las extranjeras para la construcción de la nueva refinería.

A fin de impulsar al sector industrial en el país –el de mayor afectación tras la crisis financiera internacional– recomendó separar todos los componentes de las licitaciones y otorgar estímulos a las empresas nacionales que resulten proveedoras.

La decisión de construir la refinería en Tula, Hidalgo, y de reconfigurar la de Salamanca, deberá ampliar la capacidad de refinación para cubrir, por una parte, el rezago de la producción interna de los productos petroleros y, por la otra, el crecimiento previsto del consumo doméstico, afirmó Miguel Marón Manzur, presidente de la Canancintra.

El dirigente explicó que para lograr tales objetivos resulta necesario que la adquisición programada de los bienes y servicios requeridos por el sector público se convierta en instrumento esencial para fomentar la demanda y la integración industrial. En consecuencia, subrayó, es indispensable que en la construcción de la refinería y en todos los proyectos nacionales se tome en cuenta la participación de las empresas nacionales con las mismas oportunidades que las extranjeras.

Con estas determinaciones, dijo en un comunicado, se podrá consolidar el desarrollo regional y sectorial, ya que se aprovecharán las vocaciones productivas de las regiones y se fomentará la utilización y el desarrollo de la industria petroquímica.

Marón Manzur aseveró que cada peso que deje de invertirse en la planta productiva del país puede ser el peso más caro de la historia de México, ya que no se mantendrían ni se crearían nuevas empresas y no se conservarían ni generarían empleos.