Domingo 19 de abril de 2009, p. 16
El hecho de que las empresas trasnacionales que están tramitando permisos para realizar siembras experimentales de maíces transgénicos en el país pretendan hacerlo con semillas resistentes a insectos y con tolerancia a herbicidas y a sequías no se traducirá en ningún beneficio para la agricultura nacional, aseguró Alejandro Espinosa Calderón, investigador del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias, quien expresó que además de contaminar a las variedades criollas, los transgenes que poseen no responden a necesidades del campo nacional.
Pretenden probar maíces que son completamente irrelevantes para México, no aportarán nada que sea de utilidad; si este país tuviese que abordar alguna investigación tendría que ser para analizar qué nivel de contaminación es insoportable para el maíz nativo; estoy convencido de que hay un umbral de contaminación en que ya no hay retorno posible para eliminar los transgenes
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Quimeras y falacias
En entrevista, el también catedrático de la UNAM expuso que lo que están intentando hacer creer como beneficios los corporativos de transgénicos son quimeras y falacias, porque no habrá ninguna ganancia para nuestro campo, sólo para ellos, que venderán caras sus semillas con tolerancia a ciertos factores no existentes en el país
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Señaló, por ejemplo, que las semillas que dicen son resistentes a plagas, lo son para una en específico, la de un lepidóptero, el barrenador europeo del tallo, plaga que no existe en México
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En cuanto a las tolerantes a herbicidas resulta que la mayoría de nuestros productores en Sinaloa, los que trabajan las 450 mil hectáreas de maíz de riego, no utilizan herbicidas; entonces ¿para qué queremos un transgén que es tolerante a herbicidas?
, preguntó.
Respecto a las semillas resistentes a sequías, sostuvo que eso es una completa falacia, es otra quimera que nos tratan de vender, porque ni en 20 años se van a tener resultados en eso que nos están ofreciendo, porque la tolerancia a la sequía no la puede otorgar un solo transgén
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Dijo que a las trasnacionales les interesa inundar el mercado nacional con esas semillas modificadas porque en México es en donde se vende más caro el maíz, el no transgénico, entonces hacen cálculos de que el modificado podría darse a precio aún mayor. En México un saco de semilla certificada vale mil 500 pesos, y en otros países cuesta alrededor de 600. Mil semillas en Estados Unidos valen 1.3 dólares, aquí cuestan dos dólares; el del maíz es un negocio millonario.