Economía
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Crisis económica lleva a la miseria a miles

Prevén tensión social por el desempleo en España
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Entrada al comedor comunitario San Simón de Rojas, en el centro de Mostoles, en Madrid, EspañaFoto Reuters
 
Periódico La Jornada
Domingo 19 de abril de 2009, p. 21

Mostoles, España, 18 de abril. Mari Cruz conserva sus anteojos de sol de diseñador sobre el cabello mientras almuerza vegetales y cerdo en una bandeja de plástico azul, en el primer comedor comunitario que España ha instalado para su ejército de desempleados.

A mis padres les fue mejor, afirmó la mujer, sentada junto a inmigrantes ecuatorianos y rumanos que fueron despedidos al comienzo de la crisis. Al menos tenían comida sobre la mesa y trabajos que atender, agregó.

Con poco más de cuarenta años, ella y su marido Antonio solían cenar fuera todas las semanas en restaurantes. Pidieron que no se usara su apellido ya que se han unido a los cientos de miles de familias en España que quedaron bajo la línea de pobreza.

Estos grupos conforman una generación de españoles que ascendió a la clase media gracias a los créditos baratos de la zona euro y al trabajo bien pagado del sector de la construcción. Ahora estas personas están perdiendo empleos y faltando al pago de deudas, en lo que podría constituir la recesión más feroz vista en un país desarrollado.

Las filas de flamantes edificios de departamentos vacíos, obras en construcción abandonadas y centros comerciales desiertos que rodean Madrid son ejemplos de los problemas de España, una situación que el ganador del premio Nobel de Economía Paul Krugman compara con la de California y Florida.

Sus bancos altamente regulados están sintiendo la presión después de que en el último año se cuadruplicaran las deudas tóxicas, llevando en marzo al país a su primer rescate bancario desde el inicio de la crisis.

Este lugar no es la respuesta, necesitamos trabajos, dijo Antonio con furia. El comedor comunitario de Mostoles, en las afueras de Madrid, fue creado por el consejo del opositor Partido Popular para afrontar el 16 por ciento de desempleo.

Se trata del índice más alto de los 27 miembros de la Unión Europea.

España se avecina a un periodo de tensión social en aumento con el fin de los seguros de desempleo para algunas personas desocupadas y con los desesperados que culpan a los inmigrantes por sus problemas o dicen estar tentados a robar en lugar de pasar hambre.

La crisis está teniendo un efecto devastador sobre la clase media y media baja, que accedió a estándares de vida que tomó por sentado y ahora está perdiendo, dijo Ismael Crespo, analista político del Instituto Ortega y Gasset.

El resultado será un incremento del crimen para las clases que no fueron afectadas por el desempleo, agregó.

Sólo con educación secundaria y sin experiencia fuera de la industria de la construcción, los españoles como Antonio están mal preparados para la economía orientada a la tecnología que el presidente del Gobierno, José Luís Rodríguez Zapatero, espera levantar en los próximos cinco años.

Mari Cruz intenta que sus hijos tengan una mejor educación que ella, o que al menos permanezcan dentro del sistema con uno de los más altos índices de deserción de cualquier país desarrollado, según la Organización para Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE).

A Antonio le quedan 18 meses de beneficios de desempleo, pero el seguro ya terminó para José María García Martínez y un millón de otros desempleados. Se espera que este verano se incrementen los delitos menores cuando los beneficios finalicen para otro millón de personas.

El obrero cesante García Martínez dice que no puede contar con otros miembros de su familia y que cada día es una lucha por encontrar trabajo y evitar pasar hambre.

Si vengo aquí estoy bien, pero si paso hambre empiezo a tener malos pensamientos, empiezo a pensar en salir a la calle a robar, declaró García Martínez, de 33 años, hablando con una inmigrante ecuatoriana cuya casa fue embargada por su banco.

España ya tiene uno de los más altos índices de pobreza en la Unión Europea, con 8.5 millones viviendo en esa situación, o el 19 por ciento de su población, según el grupo católico Caritas.

El nivel podría ascender a 9 millones el año próximo, dados los pronósticos que dicen que el desempleo superará el 20 por ciento, o los 5 millones de personas.

El colapso en el 2007 del boom inmobiliario de España dejó a familias con deudas del 130 por ciento de su ingreso disponible, comparado con el 60 por ciento al momento del ingreso a la zona euro.

Comiendo cerca, Victorio Sánchez Castillo recién había dejado de pagar las cuotas de su casa de verano en Alicante en la costa mediterránea de España, la cual compró con una segunda hipoteca.