Casi 40 por ciento de la deuda externa obtenida durante una década por empresas privadas en forma de Proyectos de infraestructura de largo plazo con impacto diferido en el gasto, mejor conocidos como Pidiregas, fue contratada en los dos primeros años de esta administración, informó el Banco de México (BdeM).

El monto de los recursos de deuda, que ingresaron al país para financiar Pidiregas entre 2007 y 2008, ascendió a más de 18 mil millones de dólares, lo que implicó un incremento de 61.6 por ciento respecto al saldo que se tuvo hasta diciembre de 2006.

En 2007 y 2008 se registraron los ingresos trimestrales más voluminosos de contratación de deuda externa mediante este mecanismo, indicó el banco central.

El mayor ingreso de deuda por Pidiregas correspondió al primer trimestre de 2007, recién iniciada la actual administración, cuando se registró el arribo de 4 mil 533.2 millones de dólares por este medio de endeudamiento público promovido por empresas privadas. El segundo de mayor cuantía fue de 3 mil 473.3 millones y se presentó en el segundo trimestre de 2008, mientras el tercero en importancia ingresó en el primer trimestre de 2008 y fue de 3 mil 67.1 millones de dólares.

Los informes del banco central señalan que en la década transcurrida entre el cuarto trimestre de 1998 y el mismo periodo de 2008 ingresaron 47 mil 400 millones de dólares al país a través de Pidiregas, un mecanismo impuesto por el gobierno de Ernesto Zedillo, emanado del Partido Revolucionario Institucional, y usufructuado intensamente durante las dos administraciones surgidas del Partido Acción Nacional (PAN).

Largo en su denominación: Proyectos de infraestructura de largo plazo con impacto diferido en el registro del gasto, los Pidiregas han sido intensos en su corta historia. La Secretaría de Hacienda informó que al término de 2008 el saldo vigente de financiamientos obtenidos por terceros ascendía a 64 mil 68.8 millones de dólares, de los cuales 60 mil 894.8 millones correspondían a obras relacionadas con las actividades de Pemex, mientras el 5 por ciento restante era de trabajos contratados por la Comisión Federal de Electricidad (CFE).

En forma esquemática, el mecanismo Pidiregas ha funcionado más o menos así: una vez que Pemex ha identificado un proyecto susceptible de financiarse a través de este mecanismo, las secretarías de Hacienda y la de Energía lo aprueban y autorizan los gastos implicados en su desarrollo por el sector privado; en coordinación con la paraestatal, las empresas elaboran y entregan el proyecto a Pemex, la cual, una vez que cuenta con la venia del gobierno federal, paga lo que se adeuda a los contratistas privados para recibir el proyecto terminado.

Legisladores de oposición y analistas académicos criticaron constantemente esta forma de financiamiento de obras públicas por su opacidad, pues llegó a representar 90 por ciento de la inversión realizada por Pemex, sin que se contabilizara como deuda pública.

La llamada reforma energética, contenida en los decretos publicados en el Diario Oficial de la Federación del 28 de noviembre de 2008, obligó a que el endeudamiento contratado por terceros a través de los Pidiregas se reconociera, abierta y claramente como deuda pública.

Fue así como la Secretaría de Hacienda informó de un incremento de 244 por ciento en el saldo de la deuda externa del sector público en los primeros dos meses de este año, el cual pasó de 24 mil 319.4 millones de dólares en diciembre de 2008, a 83 mil 649.1 millones al finalizar febrero de 2009.

El aumento se debió al reconocimiento de 59 mil 329.7 millones de dólares de Pidiregas.