os vaivenes de la vida: El diario argentino Página 12 nos da un excelente ejemplo de cómo lo eterno puede ser transitorio. El vicepresidente Julio Cobos fue expulsado de la Unión Cívica Radical (con el democrático voto del recién desaparecido ex presidente Raúl Alfonsín) en ocasión de las últimas elecciones. Cobos, junto con otros dirigentes y gobernadores radicales, habían optado por apoyar al gobierno de Cristina Fernández de Kirchner y fueron bautizados radicales K. Su expulsión por inconducta y falta de ética fue por vida. Dos años después, la sanción ha sido levantada porque los radicales, en pleno idilio con la derecha y la ultraderecha, necesitan líderes de estatura nacional. Se contentan con poco. Ese periódico ofrece otro ejemplo más. El escritor y periodista Osvaldo Bayer propuso durante el gobierno de Carlos Menem que, para favorecer la integración latinoamericana, se decretara el fin de la frontera entre la Patagonia argentina y la chilena. El senador Eduardo Menem, hermano del ex presidente, pidió que el Senado lo declarara traidor a la patria, calificativo que fue modificado por el de persona no grata. Con el voto de los bloques peronista y radical, menos uno, el Senado aprobó casi por unanimidad, en 1995, aplicarle a Bayer ese calificativo infamante por ejercer el derecho a opinar. Pero esta vez, por unanimidad, la Cámara alta acaba de aprobar una moción del senador peronista Daniel Filmus que anula el dictamen anterior y llena de elogios –merecidos– al escritor.

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Efectos de la crisis: Según el diario colombiano El Espectador, la Iglesia católica de ese país ve con preocupación la continua disminución de las donaciones. En lo que va del año cayeron en 75 por ciento. El ecuatoriano El Universo se preocupa en cambio porque este año, por la crisis, la procesión del Vía Crucis en Jerusalén duró apenas 40 minutos –antes duraba dos horas–, porque casi no había extranjeros. El tráfico mejoró pero sufrieron los ingresos de los pobladores y de los sacerdotes.

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Lo que faltaba: La oposición al presidente paraguayo Fernando Lugo apela al escándalo. Según dos abogados, la joven Viviana Carrillo desde los 16 hasta sus actuales 26 años mantuvo relaciones con el obispo y tuvo con él un hijo, por lo que pide casa y 11 mil dólares. Lugo demandó a los letrados y se declaró dispuesto a dar muestras de ADN para una prueba de paternidad. No es nuevo: en Bolivia la derecha usó ese recurso contra Evo Morales y en Argentina Perón fue acusado de convivir con una estudiante secundaria.