El colectivo Los Olvidados escenificó un juicio popular contra el secretario de Hacienda
que ardan Carstens y la crisis por judas
Las acusaciones: inventar impuestos, mentir con lo del catarrito y crear un nuevo Fobaproa
Domingo 12 de abril de 2009, p. 24
La sentencia, previo al juicio, estaba dictada: ¡Que arda! ¡Que lo quemen!
, gritaba una turba enardecida en las calles por las que el secretario de Hacienda, Agustín Carstens, era conducido a la plaza pública donde sería enjuiciado.
“¡Te llegó tu hora, cabrón. Te vamos a hacer chicharrón nomás!”, arreciaron los gritos apenas llegó al parque Club Rotario, en la colonia Ex Hipódromo de Peralvillo, donde se instauró el jurado popular, a un costado de la escultura Llamado a la Revolución, de Luis Ortiz Monasterio.
Al instante se tendieron varias sogas de lo alto de un eucalipto en las que se ató al voluminoso personaje, representado con el cuerpo de un cochino, con ranura y manija a modo de alcancía.
–¡Mexicanos! ¿A dónde llevan a este ciudadano? –interrumpió el juez a la multitud que se aprestaba ya a tensar la cuerda.
–¡A quemarlo! –respondió a coro la gente –¡Es un judas!
–Pruebas, ¿cuáles son las pruebas? –demandó su señoría.
–Inventando impuestos para joder a la mayoría –acusó uno de entre la multitud, al que se sumaron más voces, acumulando cargos: mintió al decir que la crisis económica era un simple catarrito
, creó un nuevo Fobaproa con préstamos del Fondo Monetario Internacional
, de nuestros impuestos se pagan sus excesos de alimentación
, y hasta porque hizo el ridículo en un juego de beisbol
.
–Mexicanos –sentenció finalmente el juez– cumplan con su destino –y Carstens colgó para ser despedazado, ejecución que requirió de seis detonaciones y ya en el suelo, la turba hizo escarnio de los restos a tirones y patadas para no dejar más que un despojo de caña y papel.
Horas antes, en Tepito, un concepto más abstracto sufrió la misma suerte: La Crisis, que nos hace sentir vulnerables y con miedo
, adquirió forma de diablo para ser enjuiciada y quemada por judas.
Previamente los vecinos recorrieron calles del barrio y llevaban a rastras la imagen de seis metros de altura que, además de representar la difícil situación económica que afecta a millones de mexicanos, encarnó a las instituciones políticas y gubernamentales que derrochan el dinero del pueblo en campañas publicitarias excesivas, y pagan altos sueldos a sus funcionarios, legisladores, jueces, magistrados y ministros
.
Por eso es que, como desde hace ya 16 años, el grupo multidisciplinario Los Olvidados repitió en ambos barrios, con un jurado popular, la tradicional quema del judas.
Rodeados por decenas de comerciantes y vecinos, el jurado popular dio su veredicto: a quemarlo
, y de esta manera la crisis voló en mil pedazos, en medio de fuertes estruendos y el humo de la pólvora quemada. Es una manera de manifestar nuestra inconformidad y al mismo tiempo de rescatar nuestra tradiciones
, dijo Everardo Pillado, dirigente del colectivo Los Olvidados, que se esfuerza por mantener viva la tradición popular.