Opinión
Ver día anteriorJueves 9 de abril de 2009Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Curiosidades de Nueva York
H

abía ofrecido continuar el análisis del cada vez más curioso proceso de reforma del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, iniciado hace un mes. Empero, dado que en abril México ocupa la presidencia del consejo, juzgué de mayor interés examinar cómo ha dado inicio al descargo de esta importante responsabilidad. De entrada, hallé una serie de cuestiones que, sin duda, desconciertan a cualquiera que se interese en examinar la actuación de la presidencia acudiendo a las fuentes usuales de información, Internet la primera de ellas. Consultada, entre el 6 y 8 de abril, la sección de la presidencia del consejo en la versión en inglés –la más actualizada– de la página web de las Naciones Unidas, arrojó estos resultados: aunque había transcurrido la primera semana de ejercicio de la presidencia, aún no se publicaba el programa de trabajo mensual provisional: bajo el encabezado “Presidency of Mexico / Provisonal Programme of Work of the Security Council / April forecast”, aparecía una página en blanco. En cambio, en la página de la Misión Permanente de México (www.sre.gob.mx/onu), se recogía dicho programa, en español.

La actividad más destacada hasta ahora fue uno de los tres debates abiertos organizados por la presidencia: dedicado a la situación en Haití, el 6 de abril. A su término, la presidencia emitió una declaración cuyo texto aún no se encontraba disponible 48 horas más tarde, en ningún idioma, ni en la página del consejo ni en la de la misión. El texto en inglés se insertó en la crónica de la sesión del Departamento de Información Pública. En la de la misión se prefirió reproducir el discurso del representante de México y no su declaración en tanto presidente del consejo. Estos ejemplos muestran que deja mucho que desear la oportunidad y la facilidad de acceso a la información sobre la presidencia mexicana del consejo, una de las curiosidades de Nueva York.

La única turbulencia hasta ahora la provocó el ensayo balístico de la República Popular Democrática de Corea, el reino ermitaño de Kim Jong Il. Este lanzamiento dio lugar a una reacción inmediata del presidente Obama, a la sazón en Praga. Ante una multitud reunida en la Plaza del Castillo, declaró que la actitud de Norcorea exige una respuesta de la comunidad internacional, incluyendo al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, que demuestre que sus resoluciones no pueden ser desafiadas con impunidad. El consejo, acuciado por esta declaración, celebró consultas informales, a puerta cerrada, la tarde del domingo 5 de abril. Un boletín de prensa de la ONU señaló que, según el presidente del consejo, se acordó mantener consultas sobre la reacción adecuada, a la luz de sus responsabilidades y de la urgencia del asunto y adelantó que existía consenso en que el consejo lamentaba que el gobierno de la RPDC hubiera ignorado los llamados de la comunidad internacional a suspender el lanzamiento. Como de costumbre, el consejo no informó sobre el contenido de sus consultas informales. Se especuló sobre el desacuerdo entre los miembros no electos y nada se supo de la posición de los miembros electos. Se supo que los cinco celebrarían consultas, pero no ha habido información sobre su avance de las consultas. Nada hizo la presidencia mexicana para aliviar la falta de transparencia de las deliberaciones informales.

Alguien debió haber manifestado que la expresión de Obama, en el sentido de que las resoluciones del consejo no pueden ser desafiadas con impunidad, no debe ser referida sólo a Norcorea, sino a otros países que, como Israel, suelen ignorarlas, y que la exigencia de no proliferación no debiera ser aplicada de manera selectiva, a Irán y Norcorea, por ejemplo, ignorando a otros proliferadores, tanto horizontales, como India, Israel y Pakistán, o verticales, como Estados Unidos, Rusia y otros estados nucleares. (Habría que anotar, entre paréntesis, que las multitudes que rodearon a Obama en Praga y en otros momentos de su visita a Europa muestran que el pretexto de la seguridad no es válido para mantener a un jefe de Estado visitante aislado de la gente, como es probable que ocurra en México con Obama. Es claro que éste gusta de acercarse a la gente, más que hallarse rodeado sólo de agentes de seguridad, policías y soldados, en el estilo de Calderón.)

La declaración del presidente del consejo tras el debate abierto sobre Haití es un texto deslavado que parece no hacer honor a la riqueza del intercambio mantenido el 6 de abril en la sala donde participaron, además de sus 15 miembros, representantes de otros 14 países y de diversos organismos internacionales. La declaración presidencial, de 300 palabras, reitera lo obvio, abunda en fórmulas vacías, insiste en exhortaciones inaplicables dada la situación prevaleciente en el terreno y repite diagnósticos superficiales. De atenerse a sus términos, no hay mayor esperanza de que la desesperada situación de Haití empiece a corregirse realmente.

Faltan aún, en el mes de la presidencia mexicana, dos debates abiertos (sobre la mediación en la resolución de conflictos y los niños en los conflictos armados) y diversas discusiones específicas. Habría que esperar una conducción más innovadora de los trabajos del consejo y mayor información sobre el contenido de sus debates en lo que resta de abril.