La historia no ha terminado, publicado por Anagrama, documenta 40 años de oficio
Jueves 9 de abril de 2009, p. 5
Ensayos de ética, política, laicidad, tolerancia, libertad, represión y pluralismo se reúnen en La historia no ha terminado, del autor italiano Claudio Magris, quien desde hace 40 años escribe en el diario Corriere della Sera sobre literatura y la actualidad italiana.
Publicado por Anagrama, el libro recopila reflexiones del escritor en torno a conceptos que han marcado a la humanidad y se interroga sobre las aflicciones de nuestro presente y las elecciones que nos impone; asimismo rechaza las fáciles promesas de salvación o la tolerancia oportunista.
Magris escribe que la vida es también un circo en el que todos somos payasos y la tolerancia significa actuar según una trama, respetar las improvisaciones propias y de los demás y aceptar que quien declame con nosotros cambie inesperadamente lo que tiene que decir.
En el primer capítulo, Las fronteras del diálogo
, Magris expresa que la verdad nunca puede ser el dominio y la imposición de una sola doctrina que no se pone en entredicho y no admite el diálogo paritario con opiniones distintas, sino que sólo puede ser, como enseña Doris Lessing, una incesante confrontación, o sea un diálogo, y una búsqueda permanente.
Asimismo, postula que la tolerancia es también libertad de expresión incluso respecto de las cosas en apariencia pequeñas o mínimas, ese sentido del mundo como teatro de marionetas en el que todos hacemos aspavientos como podemos, acartonados o graciosos, según sea cada uno en su torpe existencia mortal de albatros prisionero
.
Pluralismo: diálogo y debate
En sus artículos periodísticos, Magris describe la laicidad como un punto medio, virtuoso, entre la odiosa injerencia eclesiástica en los asuntos públicos y el laicismo o voluntad de reducir la religiosidad de los ciudadanos a lo privado.
En el texto Laicidad, la gran incomprendida, Magris enuncia: La laicidad no se identifica de antemano con ningún credo concreto, con ninguna filosofía o ideología
. Asimismo asegura que laicidad significa tolerancia, duda también respecto de las propias certezas, autoironía, desmitificación de todos los ídolos, incluidos los propios; capacidad de creer con fuerza en algunos valores, a sabiendas de que existen otros igualmente respetables
.
De la tolerancia política y social escribe: “El pluralismo –sal de la vida, de la democracia y la cultura– no estriba en una serie de minimundos cerrados en sí mismos y desconocedores el uno del otro, sino en el encuentro, en el diálogo y el debate: la endogamia –física, cultural, religiosa– produce fácilmente el cretinismo y demás fenómenos degenerativos”.