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Automotores Orletti fue la sede en Buenos Aires de la Operación Cóndor

Sobrevivientes y familiares de víctimas toman posesión de centro de detención de la dictadura
Corresponsal
Periódico La Jornada
Jueves 2 de abril de 2009, p. 29

Buenos Aires, 1º de abril. Familiares y sobrevivientes del Centro Clandestino de Detención Automotores Orletti, junto a los representantes del Instituto Espacio para la Memoria (IEM) tomaron posesión esta tarde del edificio que fue la sede de la Operación Cóndor, la coordinadora criminal de las dictaduras del Cono Sur en los años 70.

Orletti fue expropiado por el gobierno y pasó a integrar la serie de Centros Clandestinos de Detención recuperados para la memoria y la reconstrucción de la historia. Llantos, abrazos, intercambios de recuerdos dolorosos, todo estuvo allí en esta tarde donde se caminó por aquellos enormes cuartos laberínticos por donde pasaron centenares de detenidos-desaparecidos de diversos países, pero mayoritariamente uruguayos.

La uruguaya Elba Rama, secuestrada en el lugar en los primeros meses de 1976, volvió a ahí por primera vez y después de reconocer la planta baja, donde permanecían encapuchados y atados la mayoría de los detenidos, pudo subir una escalera que la llevó a hacer el recorrido, con los ojos cerrados, para reconocer 33 años después los lugares donde fue torturada. También otro sobreviviente, Sergio López Burgos pudo reconstruir su propio calvario en el lugar y la historia de algunos compañeros desaparecidos, como el conmovedor caso de Gerardo Gatti, allí desaparecido.

Rama fue luego llevada en un avión a su país en el esquema de la Operación Cóndor, junto a otros compañeros y Sara Méndez a quien los agentes uruguayos y argentinos que la secuestraron de su casa en Buenos Aires, le arrancaron su niño de sólo 20 días, y que ella encontraría más de 30 años después en manos de la familia de un policía local.

También recordó que estando ya detenidas en Uruguay escucharon que en el piso alto había niños y una joven mujer embarazada, que tuvo su hija estando allí. Los niños eran hijos de un matrimonio de uruguayos desaparecido en Argentina, que luego serían encontrados en Valparaíso, Chile. La joven era la argentina María Claudia García de Gelman, cuya hija, Macarena, fue recuperada en Montevideo después de años de búsqueda de su familia.

María Claudia, cuyo esposo Marcelo -hijo del poeta argentino Juan Gelman- fue asesinado y arrojado a un río en un tonel con cemento, fue llevada a Montevideo donde después de nacer su hija, la desaparecieron. Pero su caso tomó notoriedad pública y contribuyó a abrir los candados de la impunidad en su país, donde el pasado fin de semana hubo casi una decena de militares y policías condenados por el caso Cóndor.

Rama y López Burgos recordaron hoy aquí que acaban de lograrse las firmas necesarias para que el Parlamento trate la derogación de la Ley de Caducidad que data de 1986 en el primer gobierno de Julio María Sanguinetti, que en 1985 dió por terminada la dictadura, que duró doce largos años en ese país. Esta ley fue refrendada por un plebiscito que se convocó aún en medio del asombro cuando se iban conociendo la historias de la dictadura, y con una sociedad aún atrapada en el terror de esos recuerdos recientes.

El Centro de Orletti está ubicado en el barrio popular de Floresta, frente a una vía de ferrocarril por donde pasan trenes constantemente. Fue rentado en 1975 a los parapoliciales de la Alianza Anticomunista Argentina (Triple A), en este caso al mando del mafioso Aníbal Gordon. que se integrarían luego a los grupos de tarea de la dictadura. Hace unos dos años se descubrió que el mismo dueño rentó el lugar a un empresario de taller de costuras que tenía esclavizados a varios trabajadores bolivianos y sus familias, rescatados por la justicia. Fue el horror sobre el horror.

A fines de 1999 se abrió el mega juicio contra los dictadores de Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay y Bolivia, en una querella que representó jurídicamente el equipo de Alberto Pedroncini. En el año 2001, la justicia determinó que había existido una asociación ilícita de las cinco dictaduras del Cono Sur, para secuestrar, torturar, asesinar y trasladar personas ilegalmente de un país a otro y ordenó la detención de todos los dictadores de la región. Algunos ya murieron sin que se hiciera justicia.

También se constató que grupos de policías y de inteligencia de las fuerzas armadas se trasladaban para interrogatorios con torturas en cualquiera de los países donde hubiera un detenido que les interesaba.

Ahora se espera que la Operación Cóndor vaya a juicio oral, cuando ya hay una cantidad de expedientes abiertos aquí y en otros países,lo que permite cerrar algunos de los laberintos de ese horror.