Monterrey, NL, 26 de marzo. Fiel a su guión, eterna sonrisa de foto, Hillary Clinton, secretaria de Estado del gobierno de Barack Obama, no tiene las dudas de los descreídos sobre la guerra del presidente Felipe Calderón contra el narcotráfico: La estrategia que están empleando aquí es excelente y México está ganando.

¿Cuáles de las manos del gobierno de Obama dan en el clavo? ¿Las que representan Dennis Blair, director de Inteligencia, y la secretaria de Seguridad Interior, Janet Napolitano? ¿El gobierno estadunidense ve un Estado fallido y al gobierno de Calderón en riesgo, o ¿tiene con México un romance de corresponsabilidad, como lo asume Clinton?

La ex rival de Obama le enmienda la plana a Blair: no es la posición del gobierno estadunidense. No es nuestra visión, no lo creo, vuelve a decir Clinton, en el balance de su breve visita, tras la cual, pese a todo, lamenta que la valerosa lucha contra los cárteles haya recibido tanta atención comparada con otros temas de la compleja agenda.

Habla Clinton en la ciudad de las narcoprotestas, en la plaza clave de la ruta de la droga, en el lugar donde balacearon y lanzaron una granada contra el consulado de su país. Lo que Blair quiso decir, explica Clinton, es que en México hay un problema de seguridad pública como el que tuvo Estados Unidos hace décadas.

La guerra de los cárteles, que “ha aterrorizado a los mexicanos y a los americanos (sic) a lo largo de la frontera”, sigue Clinton, es intolerable.

En la víspera de su visita, el gobierno mexicano presume la detención de tres importantes figuras del narcotráfico: Vicente El Vicentillo Zambada Niebla, Héctor La Burra Huerta Ríos (detenido justo aquí) y Sigifredo El Canicón Nájera (aprehendido en Saltillo, pero responsable, dicen las autoridades, de la granada contra el consulado). Quizá a esos resultados se refiere la secretaria Clinton, en su traje sastre rojo y en corta conferencia magistral, cuando alude a una estrategia excelente.

La secretaria de Estado escucha de pie. Le da la bienvenida a la Universidad Tec Milenio el empresario Lorenzo Zambrano, quien todavía el año pasado apareció en la célebre y polémica lista de Forbes, con una fortuna personal de mil 500 millones de dólares. Su presencia y la próxima visita de Obama son, dice Zambrano, albores de una nueva era.

El empresario emblemático de Monterrey, lo que ya es decir, llega temprano, a bordo de un Mercedes Benz azul. Espera pacientemente a la invitada y se reúne brevemente en privado con ella y el gobernador Natividad González Parás. Se ve tranquilo el capitán de Cementos Mexicanos (Cemex). Y habla con optimismo sobre los retos de la crisis. Dice que ejemplos de lo que podemos lograr son este pueblo, esta ciudad, esta universidad.

Tal vez su optimismo tenga que ver con los rumores de que el gobierno mexicano le meterá el hombro a Cemex, la tercera del mundo en su ramo, lo que ha propiciado que en los últimos días las acciones de esa empresa repunten 27 por ciento, luego de estrepitosa caída.

Los problemas de Cemex (una deuda de casi 18 mil millones de dólares) tienen que ver con los temas que la propia Clinton considera un tanto maltratados en esta visita suya, ligados como están a la crisis inmobiliaria del vecino país.

El pueblo y gobierno de Estados Unidos tienen en el Tec un socio y amigo leal, cierra Zambrano, y es difícil no pensar en la manita que el gobierno de Obama ha echado a algunos gigantes financieros, con los datos en la mesa de la deuda de Cemex, que vence el presente año: 4 mil 100 millones de dólares (Bolivia, por citar un caso, tiene una deuda de 2 mil 438 millones de dólares).

Clinton se queja de que estos temas no ganen los titulares. Se refiere a la planta del Sistema Integral para el Manejo Ecológico y Procesamiento de Desechos (Simeprode), donde se produce electricidad a partir de basura. Esto va más allá de lo que tenemos en Estados Unidos, dice.

En el segundo acto público de su corta visita a esta ciudad, Clinton visita la planta donde se produce electricidad mediante el aprovechamiento del biogás, y considera que el modelo se debe replicar en México y en Estados Unidos. La empresa Bioenergía de Nuevo León, con capital público y privado, utiliza como combustible el biogás que se forma en el relleno sanitario del municipio de Salinas Victoria y produce electricidad desde 2003. La planta ha generado cerca de 202 mil 500 megavatios de electricidad. La energía que produce se utiliza en el alumbrado público de Monterrey y su zona conurbada, y en el sistema de transporte colectivo Metro. Según datos de la empresa, con este proyecto se ha evitado la emisión de poco más de 44 mil toneladas de metano a la atmósfera, equivalentes a 800 mil toneladas de bióxido de carbono.

En su conferencia magistral, sigue Clinton con el tono autocrítico de su viaje, con el reconocimiento de que, en materia de drogas, Estados Unidos es insaciable. Las armas de los cárteles vienen del norte y también 25 mil millones de dólares anuales en ganancias ilícitas. Eso les permite continuar con su campaña de violencia.

Y trata de ir más allá la secretaria de Estado, cuando habla de que entre ambos países hay más que buena vecindad: historia, patrimonio, un futuro común, intercambio comercial único en el mundo, un ecosistema compartido y un intercambio de culturas alimentado por los migrantes y sus familias. Somos, subraya, una sola familia.

Clinton no ignora el intercambio de obuses de las últimas semanas: Ser una familia nos da la oportunidad de tener desacuerdos sin poner en riesgo nuestros lazos fundamentales. Entre los desacuerdos recientes, claro, está el asunto del ingreso de camiones de carga nacionales a Estados Unidos y las represalias mexicanas (vamos a analizarlo), el muro (vamos a revisar) y la reforma migratoria (somos país de migrantes y país de leyes).

La salida, dice citando al presidente Obama, es lograr que la relación sea más fuerte que ahora. Un compromiso integral, pide, porque las asociaciones firmes se basan en respeto y responsabilidad compartida.

Claro, primero están las amenazas urgentes que afectan tanto a EU como a México.

Se trata del plan ya anunciado en Washington, que incluye, además de dólares para que México compre helicópteros de asalto, más personal y equipos para la vigilancia fronteriza. La novedad es la insistencia de Clinton en que la vigilancia es de ida y vuelta.

Fue muy positiva, se dirá también de la primera visita de Hillary Clinton como secretaria de Estado. Ya se verá si lo fue o si hay amores eternos que sólo duran una corta visita.