i el cochinero fuera tiña, todos los partidos políticos, cuando menos en el Distrito Federal, estarían infectados.

Y si no, nada más mire hasta dónde pueden llegar los azules, los panistas. Ya sabemos que se inflaron las listas de militantes para beneficiar al novio de la presidenta del organismo, como si se tratara de cualquier líder de la Nueva Izquierda perredista.

También sabemos que los amigos de Felipe Calderón, César Nava y el compañero de Mariana Gómez del Campo, parienta de Calderón, entran a como dé lugar a las listas de candidatos. Pero ahora se confirma, nos queda claro, que los azules no tienen límites para obtener el poder, les da lo mismo armar el magno cochinero para despojar del triunfo al verdadero ganador de las elecciones de 2006 que utilizar, así como se oye, utilizar a las víctimas de un hecho cruento para allegarse votos.

Nadie puede negar todos y cada uno de los factores que hicieron que el desgraciado suceso en el antro News Divine se convirtiera en tragedia, en el hecho que conmovió a toda la ciudad, y que en muchos aspectos cambió los cauces de la política de la capital.

El asunto fue, y es grave, porque aún no se juzga legalmente, y se presta para que, fuera de todos los marcos que encierran el quehacer político, los hechos se distorsionen, y se trate de sacar raja partidista de la desgracia.

El panismo, desesperado por recuperar algo de lo que seguramente ya siente perdido en el DF, busca ahora aprovechar el dolor de los deudos de aquel incidente, y propone a uno de los familiares de los muertos como candidato a una diputación local.

Los antecedentes de la política azul no nos permiten sorprendernos frente a la eventual candidatura, pero lo que sí llama a escándalo es que la gente que sufrió las consecuencias de una cadena de errores, tanto de las autoridades como del dueño del antro, se preste a ser utilizada por un grupo de derecha que parece haberle sorbido el seso y la sensibilidad.

Para el panismo, enemigo de las libertades, sobre todo si se trata de jóvenes, la estrategia es la de siempre: despertar la ambición entre la gente de menos recursos, prometer el cambio de situación social, engancharlos para cumplir sus fines.

Pero es la gente la que, en tal caso, debería saber, a profundidad, que será usada y luego desechada, como es la costumbre azul, que a final de cuentas sólo juega para preservar sus privilegios en los que ellos, los de menos recursos, los más empobrecidos por las políticas panistas, no caben.

Si resulta reprochable que en el PRI o en el PRD se busque a figuras del espectáculo o del deporte para llevarlos a hacer un trabajo político que desconocen, es a todas luces asqueroso saber que los azules hurguen en la desgracia, promuevan el odio y usen a quienes, tal vez obnubilados por el dolor, no se den cuenta de las intenciones que detrás de la supuesta defensa de sus derechos esconden los panistas.

De pasadita

Y si todo eso no le basta, ahí le va una nueva del hombre que más niños ha engordado en todo el país con sus alimentos chatarra. Nos referimos, desde luego, a Lorenzo Servitje, que comenzó ya una cadena ciudadana en favor del voto libre. El señor de los Gansitos dice en un tríptico que se reparte en varios sitios de la ciudad que la tal cadena es porque queremos tener buenos gobernantes, porque todos merecemos vivir mejor, y luego señala que en el DF estamos estancados en lo económico, lo político y lo social.

Lo que no dice el promotor es que en buena parte a él se debe el fraude electoral del 2006, y por tanto tiene parte de la culpa de lo que pasa en todo el país, que, desde luego, no está estancado: va en picada. Así que si alguien encuentra la invitación, ya saben de dónde proviene, y sabrán a qué atenerse. Qué tal.

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