Anton Chéjov escribió Ivánov, una de sus obras maestras, hace ya más de cien años. Sin embargo, siempre existe una compañía que la pone en escena en algún lugar.

Es el caso de la Volksbüne de Berlín, que este jueves presentó la primera función de Ivánov en el Teatro de la Ciudad, en el contexto del Festival de México en el Centro Histórico.

Pareciera que esa pieza fue escrita hoy, porque es una de las obras que tienen como elemento principal al ser humano. Siempre podrán ser puestas una y otra vez, porque Chéjov es un genio y los genios no tienen tiempo o espacio definidos; lo que escriben puede haber ocurrido hoy o hace cien años porque siempre tratan de la existencia humana, de aquello que nos hace seres humanos, y el autor ruso siempre buscó esas razones de lo absurdo de vivir y trató de describir esos procesos que acontecían en el ser humano, expresa en entrevista el actor búlgaro Samuel Finzi, quien interpreta a Ivánov en esta puesta dirigida por Dimiter Gotscheff.

Sueños intemporales

El problema que abordó Chéjov es el mismo al que tratamos de dar solución en cualquier parte y época, señala a su vez Wolfram Koch, quien hace el papel de Lebedew, el amigo de Ivánov.

Añade, en entrevista por separado: Es el problema de los sueños y sentimientos de las personas y todo eso se ve con tremenda esperanza. Es una puesta en escena sobre la soledad extrema, la esperanza, el amor, quizá sobre el ser rico, el sentido de la vida, y estancarse y no entenderlo. Hay dos formas de salir de eso: Ivánov trata de salirse de esta vida y del mundo; la otra es quedarse y eso puede ser el infierno sobre la tierra. Y eso es muy actual.

Los dos actores forman parte de esta obra desde hace cuatro años y en los mismos papeles. En la vida real son amigos, y convierten la sesión de fotos en un verdadero juego.

Obviamente es diferente el Ivánov que interpreto ahora al que interpreté la primera vez, porque yo no soy el mismo, dice Finzi, quien además actúa en cine y televisión. “Como seres humanos cambiamos todos los días; lo he hecho durante cuatro años y en ese periodo nos han pasado muchas cosas –digo nos han pasado, refiriéndome también al resto de los actores– y por supuesto reflexionas sobre todo lo que ocurre a tu alrededor, en el mundo, en tu vida personal, las cosas con las que sobrevives, y esto cambia también al personaje que interpretas.”

Ivánov, agrega, “tiene muchas cosas que ver conmigo. No es que yo sea depresivo. Bueno, todos tenemos algo de depresivos, pero no es sólo acerca de la depresión, es sobre lo que hace que merezca la pena vivir, y lo vale. Esas son preguntas que todos tenemos, mucho más ahora, en el inicio del siglo XXI.

Me gusta interpretar a Lebedew porque es muy divertido, manifiesta a su vez Koch. Es un personaje que comienza a estancarse en su vida, pero me gusta mucho. Interpreto a un completo perdedor. Me gusta interpretar perdedores porque es algo delicado, interpretar héroes es genial pero son los amigos los que les hacen ver los errores.”

El miércoles, durante una conferencia de prensa, la actriz Marie-Lou Sellen, quien lleva el papel de Babakina, señaló que el director Gotscheff “más bien escuchó la pluma de Anton Chéjov (1860-1904) al escribir Ivánov (1887)”, para concebir su puesta en escena de esta pieza temprana del dramaturgo ruso.

Para Sellen el trabajo de Gotscheff –qioen no viajó a México debido a la rotura de costilla– no es sicológico, no trabaja a partir de la sicología de los personajes. Más bien se trata del humor trágico que llevan muchos personajes, y esta forma de trabajo actoral no tiene la intención de aclarar los síntomas de una sociedad, sino mostrar las consecuencias de los mismos.

La obra en cuatro actos se presenta hoy y mañana sábado a las 20:30 horas, y el domingo a las 18 horas en el Teatro de la Ciudad (Donceles 36, Centro Histórico).