Viernes 20 de marzo de 2009, p. 26
El pasado viernes 27 de febrero el gobierno de Estados Unidos se convirtió en propietario de 36 por ciento del capital social de Citigroup y, por tanto, en accionista de Banamex. El artículo 13 de la Ley de Instituciones de Crédito, que regula la operación de los bancos en el país, prohíbe que una autoridad del exterior sea accionista en un banco con operaciones en México.
Para tratar de salvar esa prohibición, Banamex invocó el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), el cual, según la interpretación del banco, permite este tipo de operaciones cuando son de carácter temporal.
La situación legal de Banamex, su filial en México, quedó en entredicho debido a lo establecido en la Ley de Instituciones de Crédito, que en su artículo 13 establece: no podrán participar en forma alguna en el capital social de las instituciones de banca múltiple personas morales extranjeras que ejerzan funciones de autoridad
.
Banqueros consultados consideraron entonces como alta la probabilidad de que Banamex fuera vendido por Citi, no tanto porque las autoridades hacendarias de México hicieran una interpretación literal de la ley, sino por la presión política que había sobre el gobierno de Estados Unidos por reducir el costo a los contribuyentes del rescate de Citigroup, a través de la venta de su subsidiaria.
En este contexto, proliferaron los rumores acerca de que Roberto Hernández y Alfredo Harp Helú reunían a un grupo de inversionistas para readquirir al segundo banco del sistema financiero mexicano, el cual en 2001 ellos mismos vendieron a Citigroup por 12 mil 500 millones de dólares, en una operación realizada a través de la Bolsa Mexicana de Valores que les eximió del pago de impuestos.
Ambos desmintieron la especie, pero Hernández Ramírez renunció como miembro del consejo de administración de Citigroup a finales de febrero, por lo que se fortaleció la versión sobre sus aspiraciones a recomprar Banamex.
El 4 de marzo trascendió que Roberto Hernández y Manuel Medina Mora, dos de los más importantes funcionarios del grupo, habían adquirido entre el 2 y el 3 de marzo acciones del consorcio por las que pagaron 7 centavos por cada peso de valor que tenían los mismos títulos hace menos de un año.
Información divulgada por la Comisión del Mercado de Valores de Estados Unidos (SEC, por sus siglas en inglés) señalan que Roberto Hernández, presidente de Banamex, compró 6 millones de acciones de Citigroup el 2 de marzo, a 1.25 dólares por título, 7.5 millones de dólares, equivalentes a 115.7 millones de pesos al tipo de cambio de mayoreo de ese día.
Por su parte, Manuel Medina Mora, jefe de las operaciones de Citigroup en México y América Latina, compró 1.5 millones de acciones del grupo estadunidense a un precio de 1.24 dólares, lo que implicó el pago de un millón 860 mil dólares, unos 28 millones 529 mil pesos al tipo de cambio del día.
La compra de acciones realizada por Hernández y Medina Mora ocurrió dos semanas después de que The Wall Street Journal reportó que el primero de ellos, junto con Alfredo Harp Helú, también directivo de Banamex, estaban reuniendo inversionistas para presentar una postura de compra de Banamex, cuyo precio a valor de mercado se ubica en 8 mil millones de dólares, menos del valor actual de mercado de Citigroup.