El presidente del banco central de Brasil condiciona aportación a un mayor derecho de voto
Convienen ministros de finanzas en hacer esfuerzos presupuestarios para restaurar el crecimiento
Domingo 15 de marzo de 2009, p. 20
Horsham, Inglaterra, 14 de marzo. Los ministros de Finanzas del G-20 acordaron incrementar los recursos al Fondo Monetario Internacional (FMI) y a prestamistas regionales, como el Banco de Desarrollo Asiático, con objeto de ayudar a países en problemas y dijeron que usarán todo su poder fiscal y monetario para afrontar la peor crisis económica desde la década de 1930.
Tras una reunión entre jefes de finanzas y los más importantes presidentes de bancos centrales –previa al encuentro de mandatarios del grupo el 2 de abril– los funcionarios dijeron que la mayor prioridad ahora es lograr que los préstamos, elemento vital de la economía, fluyan normalmente otra vez.
Estamos comprometidos a dar el grado de esfuerzo sostenido necesario para restaurar el crecimiento
, dijeron los ministros en un comunicado conjunto.
El presidente del banco central de Brasil, Henrique Meirelles, dijo que los montos específicos que se necesitaban para el FMI no fueron tratados durante la reunión y aunque había consenso en que es necesario realizar tales aportes, señaló que serán los líderes del G-20 quienes decidirán, en su encuentro de abril, el monto de los nuevos fondos.
Meirelles repitió sus declaraciones de que las naciones emergentes líderes no deberían aumentar sus contribuciones al FMI a menos que su derecho a voto en el organismo se incrementara, aunque reconoció que el encuentro de este fin de semana significó un cambio clave en la transferencia del poder económico global a las naciones emergentes, algo que, dijo, era crucial para reparar la turbulencia económica global.
Hay una conclusión a la que se llegó en los últimos años, que es que la resolución de los problemas globales de hoy es posible sólo con la participación de los países emergentes
, dijo Meirelles.
Los días previos a la cumbre de este sábado estuvieron marcados por las divisiones entre Estados Unidos y Europa, en particular, sobre la conveniencia de lanzar un nuevo plan de estímulo económico o concentrarse en regular más estrictamente el mercado para combatir la recesión.
Mientras Estados Unidos apuesta por programa coyunturales, algo a lo que tampoco es reacio Reino Unido, otros países como Alemania o Francia rechazan más programas de inversión y creen que la prioridad es la regulación de los mercados financieros.
Luego de la reunión el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Timothy Geithner, minimizó las tensiones dentro del G-20 y anunció que el grupo traerá cambios concretos
al sistema financiero global.
En un informe independiente, China, Rusia, Brasil e India también reclamaron tener una mayor incidencia en el FMI, así como una mayor preponderancia en la supervisión de las principales organizaciones internacionales.
Los ministros de Finanzas del G-20 se comprometieron a hacer los esfuerzos presupuestarios necesarios para restaurar el crecimiento económico, una acción que sería evaluada por el Fondo Monetario internacional (FMI), y a hacer un listado de los llamados paraísos fiscales y tomar medidas para poder sancionarles.
En el comunicado que emitieron, los jefes de Finanzas instaron a los participantes de la cumbre a acordar el cierre de cualquier brecha en el sistema regulatorio mundial. Esto incluye tomar medidas enérgicas contra los fondos de inversión libres y el seguimiento y la supervisión de las agencias de calificación de riesgo.
Los ministros de Finanzas también quieren ver avances en la prevención de riesgos sistemáticos
en el sistema financiera global y y el lanzamiento de un sistema de advertencia temprano por el Fondo Monetario Interancional (FMI) y el Foro de Estabilidad Financiera para prevenir crisis similares.