En la primera parte, la delantera amarilla mostró su eficiencia ante la errática zaga local
Llegó a 14 partidos sin vencer al América
Más allá de la rivalidad, era importante ganar, porque estamos en el mismo grupo: Ramírez
Dudoso penal da gol de la honra a los Cementeros
Domingo 15 de marzo de 2009, p. a17
Sin sudar demasiado ni contar con un juego espectacular, el América se levantó de su racha negativa (dos juegos perdidos), reafirmó su paternidad sobre Cruz Azul, con 14 duelos sin caer, y lo humilló 3-1 a domicilio, empujándolo al naufragio en el torneo Clausura 2009, donde el cuadro cementero suma apenas dos victorias, por tres derrotas y cinco empates.
Dos defensas erráticas y una delantera discreta, pero efectiva, se vieron durante los primeros 45 minutos. Aunque Cruz Azul generó los sustos iniciales, ni Luis Ángel Landín ni Jaime Lozano pudieron definir.
América, en cambio, no perdonó y en su primera llegada marcó la diferencia. Al minuto seis, Salvador Cabañas aprovechó un rebote de Yosgart Gutiérrez a pocos metros del arco y fusiló al portero cementero.
Tras el inicio prometedor, el juego no dio nada para recordar, hasta el minuto 22, cuando Ismael Rodríguez sorprendió, al anotar el 0-2 para las Águilas. El defensa conectó un disparo cruzado dentro del área tras encontrarse un balón después de otro mal despeje de Gutiérrez, que también había tocado Juan Carlos Valenzuela.
Desde entonces todo fue emoción. La Máquina llegó al marco de Guillermo Ochoa y el poste izquierdo salvó un tiro cercano de Alejandro Vela; en la siguiente jugada, en una triangulación impecable entre Cabañas, Robert de Pinho y Ángel Reyna, el cuadro local se salvó del tercero gracias a la mala puntería del último.
Cruz Azul cayó en la desesperación y llegaron las faltas peligrosas, como la de Joaquín Beltrán sobre De Pinho, que le valió tarjeta amarilla (33). La barrera cementera se acomodó, pero también Cabañas, quien cobró un tiro impecable que, limpio y sin roces, fue a dar al ángulo derecho de la meta de Gutiérrez.
Tres cero para el América y en el colmado estadio Azul sólo se oyó el ¡Oe, oe, oe, oe, Chava, Chava!
La Sangre Azul y las porras locales redoblaron el griterío, los ánimos se crisparon, hubo incidentes con la policía en la cabecera local y un uniformado fue retirado inconsciente.
Benjamín Galindo, desorientado, puso a calentar a su banca, pero luego la sentó otra vez. En el campo las cosas siguieron igual, sin gran despliegue de ninguno de los equipos, aunque América algo más crecido.
El árbitro Erim Ramírez pitó el final del primer tiempo y se retiró entre reclamos de los jugadores cementeros y de la porra local, que lo despidió entre insultos.
En el complemento, el cuadro de Coapa se replegó y, salvo esporádicas jugadas, se dedicó a cuidar el triunfo.
El cuadro celeste, en cambio, salió renovado por la plática en vestidores y los ingresos de Pablo Zeballos y Rogelio Chávez (por Lozano y Bonet). Así mostró voluntad de atacar, pero no inquietó demasiado al rival, a causa de su pobre efectividad, una defensa azulcrema más despierta y otra buena tarde de Memo Ochoa.
Sobre el final del partido, una supuesta falta del Topo Valenzuela sobre Zeballos fue decretada como penal (77) y el paraguayo, con sólido disparo, anotó el gol que encendió la tardía esperanza celeste (3-1). El delantero también rompió su racha de 15 juegos sin marcar.
Jesús Ramírez consideró que el triunfo es un justo premio
al esfuerzo y la dinámica, el deseo de ganar de los muchachos
. Más allá de la rivalidad, para mí era importante la victoria, porque es equipo del mismo grupo
.
En tanto, Galindo asumió toda la responsabilidad por la derrota y dijo sentirse en deuda
por la expectativa que estos duelos despiertan en la afición. Se quejó del arbitraje y con pesar admitió que en los baches del América da la casualidad que nosotros siempre lo levantamos
.
El Topo Valenzuela sufrió un golpe intercostal del lado izquierdo y fue trasladado a un hospital, informaron los servicios médicos de las Águilas.