Se presentará mañana en la Casa de Cultura de la Asociación México Japonesa
abundancia musical de Méxicocon su natal Japón
Viernes 13 de marzo de 2009, p. 9
Nacida en Osaka, Japón, y radicada actualmente en Tokio, Nobuyo Yagui ha difundido canciones latinoamericanas en su país natal, básicamente folclor de los años 70.
Estudió en México en la década de los 80, con una beca del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología. No había pensado en interpretar composiciones de manera profesional, hasta que una maestra de bel canto la convenció de que no lo hacía mal. Y su vida cambió.
“Pude cantar con voz de soprano. Aquí me descubrieron. Cuando llegué no conocía la música mexicana, porque en Japón se sabe casi nada... bueno, un poco de mariachi. A Armando Manzanero lo conoció la generación de mis papás.
Me di cuenta de la abundancia musical de este país. En esa época había muchos conciertos; escuché a Los Folkloristas y a Sanampay; por otra parte, Silvio (Rodríguez) y Pablo (Milanés) ya habían crecido. El ambiente era cálido y me gustó. Esos movimientos musicales eran desconocidos en Japón y cuando regresé comencé a escribir sobre el tema.
Nobuyo Yagui estudió etnología, economía, literatura e historia en la Universidad de Estudios Extranjeros de Kyoto.
Se presentará el sábado 14 de marzo a las 18:30 horas en la Casa de Cultura de la Asociación México Japonesa AC, en Fujiyama 144, colonia Las Águilas.
Ha grabado dos discos con Ediciones Pentagrama: Se vive así, título de una canción de Marcial Alejandro, y Esta mujer.
–Esta música ha gustado en Japón. ¿Por qué? –se le pregunta.
–Es cierto que mi país tiene una tradición musical muy fuerte, pero esa condición está un poco aislada; luego de la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos prohibió muchas tradiciones, incluso la música.
“Esa prohibición duró cinco o seis años, pero eso influyó después, pues los medios masivos de comunicación estaban muy controlados por Estados Unidos y casi no se escuchaba música tradicional japonesa. Algunas escuelas y familias mantuvieron la tradición, pero las generaciones nuevas no tuvieron muchas oportunidades de hacer esa música.
“Eso no ocurre en México, donde siempre hay festivales, y aunque a los muchachos siempre les gusta escuchar rock, también tienen oportunidad de oír música mexicana. En Japón los jóvenes siempre se inclinan por el rock o el pop estadunidenses. ¡No pudieron conocer otras cosas!
Desde los años 50, la música tradicional japonesa ha estado muy alejada del público. Nuestra música tiene otro tipo de lenguaje, de concepto; no es rítmica como la occidental. Cuando se pierde la costumbre de oírla ya no se siente tan cerca.
Habla con emoción y nostalgia: Tal vez para un japonés de 40 o 50 años de edad, que nunca haya escuchado su música tradicional, le puede ser muy extraña. Es como si escuchara música étnica. Ése es el problema. Inclusive, se está perdiendo el uso de kimono
.
Nobuyo atribuye a la prohibición de Estados Unidos que la tradición y la cultura hayan unido al pueblo japonés. ¿Qué pasaría si se prohibiera la música mexicana, y en la radio y la tv sólo se transmitiera la de Estados Unidos? Los ancianos se defenderían, pero ¿los jóvenes?
Explicó que Japón hoy consume todo tipo de música. “En América Latina se desarrolló un movimiento llamado Canto Nuevo, Nueva Canción o Nueva Trova, algo como una ola. Eso no pasó en Japón. En 1995 sufrimos un terremoto que dañó parte de Osaka y Kobe.
Ante la destrucción, unos chavitos roqueros quisieron entrar en la zona, pero sin electricidad no podían usar su instrumentos. Como querían cooperar tocaron instrumentos folclóricos. Los ancianos de las áreas afectadas les pidieron su música, la aprendieron y comenzaron a componer con el formato de la música folclórica. Así siguieron, aun con la electricidad restablecida. Fue un resurgimiento.
El concierto del 14 será básicamente dirigido a la comunidad japonesa que radica en México y a los mexicanos descendientes de japoneses.
Este año se conmemora el aniversario 400 de la amistad entre México y Japón. Interpretaré canciones de Marcial Alejandro, David Haro, Rafael Mendoza y otros, así como algunas japonesas y boleros cubanos
, finalizó Nobuyo.