Luego de realizar un recorrido de supervisión por las obras de la segunda etapa de rehabilitación del Drenaje Profundo, el jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard Casaubon, descartó cualquier riesgo de inundación a gran escala en la capital durante el próximo periodo de lluvias.

Ahí, el Ejecutivo capitalino aprovecho para enviar un mensaje a los diputados locales y federales, quienes le autorizaron los recursos para las obras de rehabilitación del Interceptor Oriente: quiero informarles que fueron aplicados en tiempo y forma, y bien hechos los trabajos.

A la Comisión Nacional del Agua y a su homólogo del estado de México les dijo: valía la pena participar en estos trabajos”; y a los ciudadanos: pueden estar seguros de que en nuestra ciudad no tendremos una falla estructural en toda nuestra red de interceptores de 125 kilómetros, es decir, más o menos lo equivalente a la longitud de las líneas del Metro, si sumamos el Emisor Central y los interceptores.

El director del Sistema de Aguas de la ciudad de México, Ramón Aguirre Díaz, informó al Ejecutivo local de los avances de la obra, la cual tiene un avance de más de 72 por ciento.

Recordó que los trabajos se iniciaron en noviembre de 2008 y deberán concluir a más tardar el 15 de abril de 2009, debido al inicio de las lluvias.

Por alrededor de una hora Marcelo Ebrard recorrió las obras, y al salir rememoró que cuando llegó al Gobierno del Distrito Federal el principal riesgo que se tenía era sufrir una inundación si fallaba el Emisor Central y los interceptores, ya que no se podía sacar las aguas negras.

Pero el riesgo, a dos años de su gobierno, se redujo al construir primero cuatro plantas de rebombeo para poder bajar al Emisor Central, luego hacer una revisión de éste para determinar cuáles eran los daños y elaborar un diagnóstico que permitió iniciar los trabajos de rehabilitación del Drenaje Profundo.

Lo que tenemos hoy es una operación de recubrimiento, de reparación que nos garantiza que esto va a durar décadas, no un año, por lo que agradeció a todas las instituciones y personas que han intervenido en las obras.

“Al Instituto de Ingeniería, por eso estamos orgullosos de nuestra Universidad Nacional y le vamos a los Pumas. ¡No sean envidiosos!, bromeó Ebrard.

Detalló que durante el recorrido de supervisión pudo comprobar que lo que se está reparando es un tramo de 11 kilómetros, en el que se detectaron los daños más graves.

La segunda etapa de obras requirió de una inversión de 600 millones de pesos y permitió la creación de mil 372 empleos directos y 2 mil 97 indirectos.

En la primera etapa se construyeron las cuatro plantas de bombeo, se controló el flujo de los túneles y se definieron los tramos que requerían reforzarse estructuralmente.