Hasta ahora se han presentado ocho alertas sobre contaminación con maíz transgénico en cultivos tradicionales en Chihuahua, Sinaloa, Oaxaca y Puebla, lo que convierte a México en el séptimo país por número de casos de este tipo, hecho que adquiere especial relevancia, pues somos el lugar de origen y diversidad de este grano, sostuvo el diputado Carlos Martínez, del Partido de la Revolución Democrática (PRD) y legislador por el distrito 4 de la sierra norte de Oaxaca, una de las áreas afectadas por transgénicos desde 2001.

Las empresas se han lanzado a contaminar los campos de maíz, sin que los agricultores tengan la posibilidad de exigir la compensación por los daños causados en sus cultivos, señaló en el punto de acuerdo que presentó el martes y que fue turnado a las comisiones unidas de agricultura, ciencia y tecnología y medio ambiente y recursos naturales, para su estudio y dictamen.

En tanto, agrupaciones campesinas del Congreso Agrario Permanente llamaron a las secretarías de Agricultura y de Medio Ambiente a preservar las 59 razas nativas de maíz y no contaminarlas con transgénicos.

El Consejo Nacional de Sociedades y Unidades con Campesinos y Colonos (Consucc) exigió al gobierno federal garantizar la protección de las zonas en las que se siembra el maíz criollo y potencializar la producción de la semilla transgénica para consumo humano y animal en el noreste del país, con lo que, en su consideración, se garantizaría la salvaguarda de las razas nativas y las tres subespecies del grano.

Por su parte, el legislador perredista agregó que la autorización en la siembra experimental de maíz transgénico demuestra que existen intereses económicos, políticos y extranjeros que quieren arrebatarnos nuestro grano básico y con ello nuestra cultura, tradición y esencia. Trasnacionales como Monsanto, Syngenta, Pioneer y Dow Agroscience tratan de controlar este grano mediante la promoción de sus variedades de semillas transgénicas.

Pidió al gobierno federal actuar con congruencia y cumplir con los preceptos del Protocolo de Cartagena, para preservar las semillas que son básicas para la siembra y alimentación de los mexicanos, y no permitir por ningún motivo que queden en manos de monopolios de empresas trasnacionales.

Recordó que el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria, organismo desconcentrado de la Sagarpa, reconoció la presencia de maíz transgénico en 70 hectáreas del municipio de Villa Cuauhtémoc, Chihuahua. En Oaxaca, los productores de maíz, que cultivan grano criollo, agregó en el texto, reciben sin saber semillas transgénicas en los paquetes que se les entregan por medio del Proyecto Estratégico de Apoyo a la Cadena Productiva de los Productores de Maíz y Frijol de la Sagarpa.